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Una histórica sentencia obliga a Shell a un drástico recorte de emisiones

Un tribunal holandés emitió este miércoles una sentencia en la que ordena al gigante petrolero Shell que reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero de forma drástica, lo que supone una decisión histórica que puede sentar un sólido precedente para otras empresas energéticas de todo el mundo. La sentencia considera que las grandes empresas, al igual que los gobiernos, deben ajustarse a los objetivos acordados en los Acuerdos de París.

Shell debe reducir sus emisiones de carbono en un 45% para 2030, ya que está contribuyendo a los efectos «nefastos» del cambio climático, según el dictamen del tribunal de distrito de La Haya.

Conocido como «el pueblo contra Shell», el caso fue impulsado por siete organizaciones ecologistas y más de 17.000 ciudadanos holandeses.

Los activistas elogiaron el veredicto «histórico» y dijo que es la primera vez que se obliga a una empresa a alinear su actuación industrial con los acuerdos climáticos de París de 2015.

La jueza Larisa Alwin afirma en la sentencia que la multinacional angloholandesa Shell provoca una «enorme emisión de CO2 de la cual es responsable».

Por ello, «está contribuyendo a las terribles consecuencias del cambio climático para la población» y debe implementar el citado recorte «de inmediato».

Por su parte, la empresa anunció que recurrirá “la decepcionante decisión judicial» conocida el miércoles, al considerarla injusta.

Shell dice que ya está actuando

«Se necesita una acción urgente sobre el cambio climático y por ello hemos acelerado nuestros esfuerzos para convertirnos en una compañía de energía con cero emisiones netas para 2050, en sintonía con la sociedad», dijo un portavoz de Shell en un comunicado.

Shell desetaca que se ha fijado nuevos objetivos en febrero para reducir su huella de carbono neta respecto a 2016 en un 20% para 2030, un 45% para 2035 y un 100% para 2050.

Este ritmo, sin embargo, no es considerado suficiente por el tribunal, que exige que el recorte en 2030 ya sea del 45%.

«Este es un día histórico», dijo Donald Pols, director de la rama holandesa de Amigos de la Tierra, que originalmente presentó el caso.

«Es la primera vez en la historia que el juez decide que un gran contaminador, Royal Dutch Shell, debe dejar de provocar un cambio climático peligroso», dijo Pols.

Activistas celebran la sentencia. Foto: Agencias

«Esto tendrá un impacto enorme, no solo en la propia Shell, sino en los principales contaminadores de los Países Bajos y del mundo», añadió en relación a la sentencia.

Los acuerdos de París de 2015 comprometieron a todas las naciones a reducir las emisiones de carbono para limitar el calentamiento a 2ºC por encima de los niveles preindustriales, aunque las animaron a bajar esa cifra hasta 1,5 grados.

El jefe interino de Greenpeace Holanda, Andy Palmen, dijo que era una «victoria histórica para el clima y para todos los que afrontan las consecuencias de la crisis climática».

«Shell no puede seguir violando los derechos humanos y poner las ganancias sobre las personas y el planeta… «, dijo en un comunicado.

Otros pleitos parecidos en todo el planeta

Este caso, sin embargo, no es sino uno de muchos que se han planteado en los tribunales de todo el planeta ante causas similares, también en España. Las organizaciones impulsoras de estas denuncias contra grandes compañías ven ahora crecer sus esperanzas de obtener sentencias parecidas tras el fallo del tribunal holandés.

Shell, durante el juicio, había argumentado que ya está haciendo serios esfuerzos para reducir las emisiones de gas, pero que no existe una base legal para obligarles y que los gobiernos son los responsables de cumplir con los objetivos de París.

También afirmó que están invirtiendo miles de millones de dólares en energías bajas en carbono, como carga de vehículos eléctricos, hidrógeno, energías renovables y biocombustibles.

El juez reconoció que Shell «ya había endurecido sus objetivos», pero dijo que su política climática «no era concreta y está llena de reservas».

Las emisiones de Shell eran «mayores que las de muchos países» y los efectos climáticos de dichas emisiones plantean «serios riesgos para los derechos humanos, como el derecho a la vida y una vida familiar tranquila», dijo la juez.

La magistrada entiende que, aparte de los gobiernos, las empresas también están obligadas a sujetarse a los objetivos aprobados en el Acuerdo de París.

Holanda, particularmente vulnerable al cambio climático ya que un tercio del país se encuentra por debajo del nivel del mar, se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2 en un 49 por ciento para 2030.

Es el sexto mayor emisor de gases de efecto invernadero per cápita en la UE.

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Joan Lluís Ferrer

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