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desplazados por el cambio climático

¿Por qué el 80% de los desplazados por el cambio climático son mujeres?

Aunque la población mundial está repartida a partes casi iguales entre ambos sexos, el 80% de los desplazados por el cambio climático son mujeres. La ONU reclama “respuestas sensibles al género”  frente al calentamiento global para evitar que los roles de la mujer como cuidadora primaria y principal proveedora de alimentos, agua y combustible la sigan haciendo más vulnerable que el hombre cuando ocurren desastres ambientales, como inundaciones o sequías.

La crisis climática afecta mucho más a las mujeres que a los hombres, según ha alertado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en consonancia con los resultados de varios estudios e informes científicos. De ahí que haya surgido con fuerza en los últimos tiempos lo que se denomina “feminismo climático”, que defiende que las mujeres deben liderar las soluciones al grave problema que supone para el planetael calentamiento global.

El feminismo climático tiene como punto de partida el hecho de que el 80 por ciento de las personas desplazadas por la destrucción ambiental y el cambio climático son mujeres, tal y como recogió ya en 2016 un informe del Consejo Noruego de los Refugiados.

Fue la primera voz de alarma, pero posteriormente, otros estudios, como el desarrollado por Greeenpeace hace un año, han corroborado ese porcentaje, que es aún más notorio si se tiene en cuenta que el género femenino representa el 51 por ciento de la población mundial.

La ONU ha destacado que los roles de la mujer como cuidadora primaria y principal proveedora de alimentos, agua y combustible la hacen más vulnerable cuando ocurren desastres ambientales, como inundaciones o sequías. Y no solo en las áreas rurales. En el conjunto del planeta, las mujeres, y mucho más aún las de color, tienen más posibilidades que los hombres de experimentar la pobreza y de tener menor poder socioeconómico. Incluso en los países más ricos.

Naciones Unidas ha destacado la necesidad de ofrecer “respuestas sensibles al género” ante el impacto del cambio climático. Y ha lamentado que la representación media de mujeres en los órganos de negociación climática globales, nacionales y locales sea aún inferior al 30 por ciento.

El resultado es que, por lo general, la inmensa mayoría del dinero destinado a responder al cambio climático termina yendo a los bolsillos de los hombres, en vez de a los de las mujeres, según la ONU.

Lo ocurrido en Nueva Orleans con el desastre provocado por el huracán ‘Katrina’ ha sido expuesto por algunos expertos como ejemplo del impacto del cambio climático desde una perspectiva de género. Dos tercios de los empleos perdidos estaban ocupados por mujeres. Y el 83 por ciento de las madres solteras no pudieron regresar a sus hogares antes de dos años. Las mujeres se vieron mucho más afectadas que los hombres por aquel desastre.

En España, el Instituto de la Mujer del Ministerio de Igualdad ha subrayado también que el 80 por ciento de las personas refugiadas climáticas son mujeres, según un detallado informe que emitió en junio de 2020, titulado ‘Género y cambio climático. Un diagnóstico de situación’.

El documento subraya que las mujeres son mayoría entre la población más pobre y vulnerable, por lo que tienen “mayor riesgo y probabilidad de sufrir las consecuencias del cambio climático”.

Pone como ejemplo que en caso de inundaciones, en los países donde hay una significativa desigualdad de género “mueren cuatro veces más mujeres que hombres”, y en otros casos de desastres naturales “las mujeres, niños y niñas pueden llegar a tener hasta 14 veces más probabilidades de morir” que los varones adultos.

Las mujeres, según el informe español, están “más expuestas y a la vez tienen menos capacidad de respuesta”, ya que apenas han participado hasta ahora en los procesos de toma de decisiones “por su menor presencia en los órganos de poder donde se planifican las medidas de mitigación y adaptación relacionadas con el clima”.

Es una situación que debe modificarse, porque la respuesta ante el “gran desafío” que representa la emergencia climática requiere “la participación activa e inclusiva tanto de hombres como de mujeres”, añade el informe gubernamental, que aboga por superar el androcentrismo, e integrar la “perspectiva de género” en las políticas de adaptación y mitigación al cambio climático para evitar que se sigan registrando inequidades entre hombres y mujeres.

Cómo cambiar esta situación

Entre las medidas concretas que recoge el informe del Instituto de la mujer figuran impulsar medidas que favorezcan la titularidad compartida de las explotaciones agrarias; impulsar planes de apoyo integral a las mujeres del medio rural; y apoyar la visibilización y puesta en valor del trabajo desarrollado por las mujeres en el sector pesquero español (rederas, mariscadoras, empacadoras, trabajadoras del sector acuícola, etcétera).

Animar a la participación de las mujeres en todos los foros y eventos locales, autonómicos y nacionales donde se debata la respuesta política contra el cambio climático es otra de las recomendaciones del informe, que aconseja asimismo apoyar, fortalecer y cooperar con las organizaciones e instituciones del movimiento asociativo de mujeres e incorporar aspectos de género en los Presupuestos Generales del Estado.

Un último apunte: aunque la migración forzosa por causas climáticas suene en España como un problema alejado, “la situación está empezando a comprometer el futuro de la población en algunas zonas del país”, debido el estrés hídrico, que surge cuando la demanda de agua es superior a la disponible. Porque España es el vigésimo octavo país el mundo con mayor estrés hídrico, se sitúa en el segundo nivel más “extremo” del ranking y está entre los peor situados de Europa, indica el informe.

“La considerable reducción de las lluvias y el aumento de la desertificación podría provocar que algunos grupos de población tuvieran que desplazarse de unas regiones a otras en España”, alerta el Instituto de la Mujer, que añade, además, que la situación “empeorará en el futuro”.

El informe del Instituto de la Mujer sobre “Género y cambio climático”:https://www.inmujer.gob.es/diseno/novedades/Informe_GeneroyCambioClimatico2020.pdf

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Ramón Díaz

Ramón Díaz Alonso (Llanes, Asturias; 1962). Trabaja desde 1990 en La Nueva España, primero como corresponsal en la comarca oriental de Asturias, después como responsable de la edición del oriente de Asturias y desde 2017 en la sección de Asturias, especializado en información política, de infraestructuras y ambiental. Colabora desde enero de 2021 con Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta. Es coautor de varias publicaciones de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET).

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