Verde y Azul

Los plásticos matan a los dromedarios del desierto

La proliferación de este material provoca que los camellos arábigos lo vean como un suculento alimento. Algunos cadáveres tienen en su interior desde 3 a 64 kilos de este material. Su mortalidad ha subido un 1% debido a este hecho, según un estudio científico.

La contaminación por plásticos, tan bien conocida en el entorno marino, también está empezando a afectar a recónditos lugares de tierra firme. Las grandes explanadas que rodean los Emiratos Árabes Unidos se han inundado con lo que un día fue ropa, botellas o bolsas de la compra. Y esta basura humana no solo está modificando el característico paisaje desértico, sino que también está conllevando que sus principales residentes, los dromedarios, lo vean como un suculento alimento. Sin embargo, la ingesta de plásticos está lejos de ser inofensiva, pues este compuesto, al alcanzar al intestino de los camellos arábigos está provocándoles, literalmente, la muerte.

Dos ejemplares en medio de basura en Dubai. Foto: Ulrich Wernery

Los plásticos han elevado la mortalidad regional de los dromedarios un 1%, como señala un reciente artículo de investigación publicado en Journal of Arid Environments. En la región habitan unos 390.000 dromedarios (Camelus dromedarius) que están obligados a convivir en un ambiente modificado totalmente por la conjunción de diversos factores.

Todo empieza como consecuencia de la acción humana y sus desechos, pero tampoco parece una solución mantener los espacios limpios, pues en el desierto sopla un fuerte viento que traslada de un lugar a otro las bolsas de plástico y otras basuras que escapan de los contenedores y los vertederos .

“Siempre se escucha hablar del impacto en los mamíferos marinos, los leones marinos, las ballenas, las tortugas o las aves pelágicas”, afirma uno de los firmantes del proyecto, Marcus Eriksen, científico ambiental del Instituto 5 Giros en declaraciones a Science News. “No es solo un problema del mar. Es un problema en la tierra, también. Está en todas partes”, afirma.

Contenidos plásticos en heces de dromedario. Foto: Erkisen y Arid

Hasta 64 kilos en el estómago

El proyecto estudió cerca de 30.000 dromedarios que habían fallecido desde 2008 en el Laboratorio de Investigación Central Veterinario (CVRL) de Dubai, y el registro post-morten constató que 300 de ellos contenían un cúmulo de plásticos en su estómago, en cinco de ellos el plástico llegaba a pesar desde 3 hasta 64 kilogramos.

Se trataba de una bola comprimida de distintos tamaños que los investigadores han denominado como polibezoar. Por un lado, el prefijo “poli” se refiere a una sustancia sintética. Mientras, los bezoares son sustancias que el estómago no consigue digerir correctamente y que acaban teniendo una forma pedregosa, lo que conlleva a que se acumulen en el estómago, especialmente en rumiantes. El ejemplo más conocido es el de las bolas de pelo en los gatos, que no generan daños porque las regurgitan de manera natural.

Pero, para mala fortuna de los dromedarios, estos bezoares no son expulsados de la misma manera. Los investigadores definieron estos polibezoares como una colección compacta de materiales no digeribles, que pueden incluir plásticos, cuerdas, otros desechos y depósitos de sal. Todos estos materiales quedan atrapados en el estómago o el tracto digestivo del animal, formando una gran masa similar a una piedra.

Esta pesada bola de plástico les provocó distintas patologías, desde obstrucciones gastrointestinales hasta infecciones por un aumento de bacterias intestinales hasta la deshidratación y la desnutrición de los animales.

Basura en el desierto. Foto: Pinterest

“Desde la perspectiva de los dromedarios no es arena, es comida”, explica Eriksen, que narra con estupefacción lo que vivió en medio del desierto. Los investigadores se adentraron en lo más profundo del desierto, y una vez allí, en poco tiempo, visualizaron el esqueleto de un ejemplar. Entre arena y huesos acabaron desenterrando una masa de plástico. “Me horroricé”, exclama el investigador, que señala que no se podía llegar a creer que “una masa tan grande como una maleta de tamaño mediano pudiera estar dentro de la caja torácica de este cadáver”.

Con este artículo los investigadores no solo quisieron poner de relieve la problemática que existe con estos animales, sino el verdadero peligro al que se está exponiendo a toda la fauna del mundo por este comportamiento.

Para Eriksen es fundamental prohibir las bolsas de plásticos y los plásticos de un solo uso. Como asegura, “las bolsas de plástico son artistas del escape”, pues salen de cualquier contenedor que pueda tratar de retenerlos y luego viajan cientos de kilómetros, sin mirar atrás y dejando una estampa de desolación a su paso.

 

 

Verónica Pavés

1 comentario

  • Más mata la ingente cantidad d funcionarios y políticos colocados a dedo en las instituciones d occidente, d las cuales se podría ayudar al tercer mundo k pasa hambre

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