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Cómo contaminan el mar las cremas de protección solar

Cada vez más estudios están poniendo de manifiesto impacto que tienen sobre el medio marino las cremas de protección solar habitualmente empleadas para protegerse de la radiación en la playa.

Los científicos han descubierto que la protección solar de los bañistas libera cantidades significativas de TiO2 contaminante (dióxido de titanio) en el mar, lo que tiene el potencial de dañar la vida marina.

El TiO2 es uno de los principales ingredientes del protector solar, ya que actúa como protector contra los dañinos rayos ultravioletas (UV).

Aunque la mayoría de los principales organismos reguladores lo consideran generalmente seguro para uso humano en las concentraciones utilizadas en los protectores solares, el TiO2 concentrado o la exposición a largo plazo podrían resultar tóxicos para una variedad de peces y otros organismos acuáticos.

En muchos protectores solares, el TiO2 está presente en pequeñas nanopartículas, que están cubiertas con productos químicos protectores.

Debido a que el tamaño de la partícula es tan pequeño, el dióxido de nano titanio no refleja la luz visible, pero sí absorbe la luz ultravioleta, lo que permite una barrera transparente que protege la piel de los rayos dañinos del sol.

Bañistas en la playa. Foto: Información

Ahora, los investigadores han encontrado que en el agua, las nanopartículas tienden a perder su capa protectora bajo la influencia de la luz UV o la composición de agua de mar, lo que expone el TiO2 más tóxico al ambiente acuático.

Los investigadores midieron las concentraciones de TiO2 en tres playas cerca de Marsella (Francia) y encuestaron a los bañistas sobre cuánto usaban protector solar y con qué frecuencia se metían en el agua.

El equipo encontró concentraciones diarias de 15 a 45 microgramos por litro de TiO2, que corresponde a varios kilogramos de nanopartículas por temporada de verano por playa.

2,2 toneladas de crema cada verano en una sola playa

El investigador principal, el doctor Jérôme Labille, detalla que con una playa pequeña que albergaba a unas 3.000 personas diariamente, calcularon que se podrían depositar alrededor de 68 kilogramos de crema por día, o 2,2 toneladas durante el verano.

«Si consideramos razonablemente que la mitad de las cremas utilizadas contienen 5% de dióxido de titanio, esto da 1,7 kilogramos de dióxido de titanio liberado por día: eso equivale a alrededor de 54 kilogramos en los dos meses de verano, que es una cantidad significativa», expone.

El científico asegura que al estar el mar más o menos en movimiento, parte de la contaminación por dióxido de titanio se dispersará, sin embargo, anticiparon una acumulación de dióxido de titanio en el litoral marítimo que podría afectar la vida silvestre.

No obstante, en áreas recreativas con agua estancada, como en lagos o piscinas de agua de mar, no hay tal dispersión y la acumulación se esperaría que fuera aún más pronunciada.

Labille incide en que el dióxido de titanio es un contaminante, por lo que insta a tomar medidas para tratar de reducir las cantidades de TiO2 que se concentran en el medio acuático, donde puede ser dañino para los peces y otros organismos.

Sin embargo, es igualmente importante que quienes toman el sol continúen usando protector solar para la protección de la piel, por lo que la contaminación del dióxido de titanio debe ser tratada por los fabricantes y posiblemente a nivel legislativo. «Hemos tenido buenos comentarios de los fabricantes con los que estamos trabajando», asegura.

Los investigadores señalan que, a principios de julio de 2018, Hawai prohibió ciertos filtros solares que dañaban los arrecifes de coral, si bien no se debió al dióxido de titanio.

«La buena noticia es que estamos trabajando en filtros UV de nanopartículas y formulaciones de protección solar que reducirán el daño potencial del dióxido de titanio», apunta Labille.

En este sentido, el científico dice que están buscando desarrollar cremas de protección solar que sean ‘seguras por diseño’ en los que la liberación y la toxicidad de nanopartículas se reducirá al mínimo, por lo que anticipan que la solución a este problema «no está muy lejos».

Por su parte, el doctor Thilo Hofmann, de la Universidad de Viena (Austria), que presidió la sesión en la que se presentó este trabajo, señala que este trabajo es de especial interés, ya que muestra por primera vez cómo las nanopartículas de cosméticos pueden influir en el medio ambiente acuático. «Un trabajo anterior de nuestro grupo lo ha demostrado para lagos y ríos, pero este es el primer estudio para el medio ambiente marino», insiste.

Piden el cierre de playas en Nerja (Málaga)

Precisamente, el Gabinete de Estudios de la Naturaleza la Axarquía (GENA) ha advertido del «problema de contaminación» de las calas de Maro, en la localidad malagueña de Nerja, «por los filtros solares de las cremas de protección solar usadas comúnmente por los bañistas».

Según han indicado en un comunicado, el colectivo ha remitido a la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía un escrito fundamentando científicamente solicitando que las calas del Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo «sean cerradas al público como medida preventiva».

Banco de peces. Foto: Europa Press

En el escrito, GENA-EeA recuerda que el Gobierno andaluz «está obligada a gestionar debidamente sus espacios naturales protegidos», promoviendo medidas para la conservación y mantenimiento de los hábitats y especies de interés comunitario presentes en este espacio natural.

En el escrito se explica que, «a la masificación turística durante la temporada de verano, que ya denunció anteriormente esta asociación, se une ahora el hecho de que las calas de los acantilados se caracterizan por una morfología en la que una playa de poca anchura queda protegida lateralmente por sendos salientes o promontorios que impiden la corriente de deriva litoral».

Por esto, han añadido, «a efectos de hidrodinámica marina deben ser consideradas como playas semiconfinadas, con baja movilidad de la masa marina», apuntando que, «teniendo presente esta consideración, cualquier agente contaminante tiene tendencia a estabilizarse en las aguas de una cala contaminada».

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Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer Colomar (Ibiza, 1967) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 1988 ha ejercido el periodismo en prensa, radio y televisión en Bilbao, Catalunya y Baleares. Especializado en información ambiental, desde 2019 coordina la sección Crisis Climática en los periódicos de Prensa Ibérica. Desde 2020 dirige Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta.

2 comentarios

  • 54 kg de TiO2, un mineral que no es biodegradable, no es nada comparando con la cantidad de aceite y petróleo que dejan los barcos en el mediterráneo, o la gente que arranca las posidonias con las anclas o el maltrato de los fondos de las calas. Una reducción de barcas/barcos/cargueros/transatlánticos sería mucho más ecológico que limitar a los bañistas en las playas. Pensd que los fotoprotectores nos protegen de los dañinos rayos del sol: quemaduras, envejecimiento prematuro, enfermedades alérgicas, cáncer de piel…. sin ellos estaríamos totalmente desprotegidos.

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