Salvar el Mediterráneo es el objetivo de una campaña que acaba de iniciar WWF. Incluye una recogida de firmas que en solo unos días suma más de 5.200 apoyos. El objetivo es alcanzar 50.000 rúbricas para solicitar la protección efectiva de, al menos, el 30% del Mediterráneo para 2030. Las firmas serán enviadas a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
“Nuestro mar está sobreexplotado, contaminado por vertidos y sofocado por un tráfico marítimo y turismo excesivos. ¡Protección para el Mediterráneo Ya!” Así comienza el llamamiento de WWF para despertar conciencias a favor de la protección del que los romanos llamaban ‘Mare Nostrum.
“El Mediterráneo nos está llamando y pidiendo ayuda urgente. Lo estamos asfixiando cada vez más. Tenemos que actuar ya. Ayúdanos a salvarlo”, clama la ONG. “No sólo es la cuna de antiguas civilizaciones y uno de los lugares más concurridos de la Tierra, sino también una de las áreas más importantes para la biodiversidad marina en el Planeta”, añade.
Aunque representa menos del 1% de la superficie de los océanos, el Mediterráneo alberga una de cada diez especies marinas existentes en el mundo, de las que el 28% son únicas. Hay poblaciones residentes de 8 especies de cetáceos, además de poblaciones de tortuga boba y verde, foca monje y más de 70 especies de tiburones y rayas.
Pero el Mediterráneo es también uno de los mares más amenazados y que sufren las mayores presiones por parte del ser humano.
“Los 200 millones de turistas anuales que visitan la costa mediterránea generan grandes presiones urbanísticas, contribuyen al incremento de la contaminación y de los vertidos de plásticos al mar e impiden que las tortugas marinas puedan hacer sus nidos en sus áreas habituales”, subraya WWF.
El mar más contaminado del mundo
El Mediterráneo es “el mar más contaminado del mundo y la sexta zona de mayor acumulación de residuos marinos. Concentra el 7% de los microplásticos del Planeta”. Es un grave problema para todo el ecosistema y para especies tan emblemáticas como las tortugas o los cetáceos, que pueden ingerir grandes trozos de plásticos.
Además, las animales que pueblan el Mediterráneo son víctimas de las ‘redes fantasma’, restos de redes y aparejos de pesca abandonados en las que se enredan distintas especies, lo que provocan miles de muertes cada año.
El 45% de los mamíferos marinos, el 21% de las aves marinas y todas las especies de tortugas marinas se han visto afectadas por estos desechos. La intensa actividad pesquera también produce un grave impacto: el 75% de las pesquerías evaluadas están sobreexplotadas, resalta WWF.
También entraña “graves daños” para los mamíferos marinos el hecho de que el Mediterráneo concentra el 25% del tráfico marítimo mundial. Las consecuencias son: ruido, colisiones, molestias…
El nivel de tráfico se ha duplicado en el Mediterráneo desde 2002. Este aumento ha disparado el número de pasajeros de cruceros de 8,7 a 30 millones en tan solo una década.
El turismo de lujo también está provocando importantes perjuicios al Mediterráneo: más de la mitad de los superyates del mundo surcan sus aguas cada verano, lo que supone un incremento de las necesidades de infraestructuras en la costa.
“Los resultados de todas estas presiones son dramáticos: desde ballenas que son golpeadas por barcos, tortugas que ingieren plástico y compiten con los turistas en sus playas de anidación, hasta tiburones amenazados por la sobrepesca”, señala la ONG.
Un mar cada vez más caliente
Como consecuencia de todo ello, las poblaciones de mamíferos marinos se han reducido en un 41% en los últimos 50 años. Más de la mitad de las especies de tiburones y rayas están en peligro de extinción. Y solo quedan unas 400 focas monje.
“El Mediterráneo está sufriendo de manera muy directa el impacto del cambio climático y se calienta un 20% más rápido que la media mundial”, alertaba WWF en junio. Y un problema añadido: al menos 1.000 especies invasoras han aparecido desde zonas más cálidas, desplazando a las autóctonas y destruyendo hábitats.
En la actualidad, solo el 1,27% del Mediterráneo está protegido de una forma efectiva, incumpliéndose de esta manera los acuerdos internacionales, que establecen un mínimo de un 10%.
Pero hace falta mucho más: los principales científicos del mundo reclaman medidas urgentes de conservación y gestión para los ecosistemas más vulnerables. Y subrayan que, al menos, el 30% del mar debería estar protegido.
WWF cree que la protección de los mares, además de necesaria, es “una solución posible”. “Aparte de luchar contra la contaminación por plásticos y promover la pesca sostenible, impulsamos la creación de una red de áreas protegidas donde las especies pueden encontrar refugio y recuperar sus poblaciones, donde actividades como la pesca sean sostenibles y donde el tráfico marino no cause daños a la fauna marina”, añade.
Según la ONG, las reservas marinas de Tagomago, de las Islas Medas, de Tabarca, de Columbretes y el parque nacional de Cabrera demuestran que aún es posible salvar el Mediterráneo.
La grave amenaza del cambio climático
Las apreciaciones de WWF coinciden con los resultados de un estudio científico internacional publicado en octubre de 2018 en la revista ‘Nature’, que alertaba sobre la grave amenaza que supone el cambio climático para el Mediterráneo.
El estudio, en el que participaron investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concluyó que el cambio climático provoca escasez de agua y pérdida de biodiversidad y riesgos para la seguridad alimentaria y la salud humana.
Los resultados del estudio mostraron que la temperatura media del Mediterráneo aumentó en 1,4°C desde la era preindustrial, que el nivel del mar aumentó 6 centímetros en las últimas dos décadas y que sus aguas se han ido acidificando.
La escasez de agua provocada por el cambio climático se une al incremento de la demanda previsto para los próximos años, cifrado entre un 4 y un 22%, fruto de las necesidades de la agricultura y del incremento de la población humana.
Los científicos ya alertaban entonces de que el calentamiento del mar está asociado a un incremento de las mortalidades masivas, florecimientos de especies nocivas y colonización de especies invasoras.
El aumento del nivel del mar y los eventos climáticos extremos, en especial las olas de calor como la que se está viviendo en los últimos días, son otras de las consecuencias del cambio climático anunciadas en 2018 por los científicos para el Mediterráneo.
Web de la campaña: https://actua.wwf.es/es/salva-el-mediterraneo
Estudio de referencia (en inglés): https://www.nature.com/articles/s41558-018-0299-2
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