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Sube un 12% el número de grandes incendios forestales en España en diez años

Los grandes incendios forestales –se consideran como tales los que destruyen más de 500 hectáreas– han crecido un 12% en la última década en España, lo que les mantiene como una de las grandes amenazas actuales de la biodiversidad, y ello, a pesar de que el número de siniestros ha disminuido un 34% respecto a los últimos 10 años.

Así se desprende del informe anual de incendios forestales ‘Paisajes cortafuegos’ de la organización ecologista WWF, que ha constatado que la acción humana sigue detrás del 95% de estos siniestros y que la zona mediterránea es una de las que presenta más riesgo de incendios a nivel mundial debido al cambio climático.

El estudio, presentado este jueves por WWF, pone además de manifiesto que cada año se producen en España alrededor de 12.000 fuegos, el 53% de ellos intencionados, dato que alcanza el 70% en las regiones del noroeste peninsular.

Una cifras que para la ONG ponen de manifiesto la necesidad de transformar el territorio y hacer que sea “menos inflamable”, un objetivo que para WWF pasa por transformar el paisaje actual en un “mosaico cortafuegos” para extinguir los incendios mucho antes de que se produzcan y conjugar así el tejido productivo con la conservación de la biodiversidad.

Lourdes Hernández, coordinadora de la lucha contra incendios de WWF España, ha recordado que la Aemet ha previsto altas temperaturas para este verano, por lo que habrá que estar muy alerta debido al vínculo entre los fenómenos meteorológicos y el riesgo de incendio.

Avión contra incendios español. Foto: Ministerio de Defensa

Además, ha manifestado que el paso de la borrasca Filomena por la Península propició la caída numerosos árboles y ramas que a día de hoy se han convertido en una importante reserva de combustible listo para arder.

En lo que respecta a las consecuencias legales de los incendios forestales, el informe constata que las sentencias condenatorias han aumentado un 44% desde la creación de la Fiscalía de Medio Ambiente en 2007 y hasta el año 2018, mientras que entre 2011 y 2020 el número de siniestros se ha reducido un 34 % respecto a la década anterior.

Según este estudio, entre 1970 y 2020 hubo más de 647.000 incendios que afectaron a más de 8,1 millones de hectáreas y en lo que se refiere a las regiones con mayor siniestralidad, Galicia encabeza la clasificación con más del 29 % de los incendios, seguida de Castilla y León, con el 14 %, y de Asturias, con el 13 %.

Las muertes por incendios forestales suben un 276%

La ONG también ha constatado que desde 2011 el 68 % de los incendios se apagaron en fase de conato (antes de que las llamas quemaran una hectárea de superficie) y ello a pesar de que “España es el país del mundo que más invierte en extinción”, lo que significa que “invertir exclusivamente en apagar el fuego” no implica tener mejores resultados en episodios de “meteorología extrema”.

Las muertes relacionadas con incendios forestales crecieron un 276 % en los últimos años, asegura la ONG, y en cuanto a los daños materiales, advierte que algunos estudios apuntan a que entre 2070 y 2100 el impacto económico del fuego en el arco mediterráneo podría alcanzar los 500 millones de euros anuales en un escenario de incremento de gases de efecto invernadero.

Labores de extinción de un incendio. Foto: Efe

Además, las estadísticas indican que siempre arden las mismas zonas y que si prosigue la misma tendencia de inacción, volverán a arder con una recurrencia de entre 10 y 20 años porque, junto con episodios de meteorología extrema, el gran desencadenante del fuego es el paisaje.

En opinión de WWF, el paisaje ibérico es un “cúmulo de problemas” debido al abandono rural y a los usos tradicionales, sumado al aumento de la superficie forestal con una escasa gestión, bosques a la deriva -por un cambio climático cada vez más notable- y casas en el monte sin medidas de autoprotección.

“Sabemos donde están los problemas y ahora necesitamos actuar”, ha aseverado Enrique Segovia, director de Conservación de WWF, que ha apelado a la necesidad de “una estrategia estatal” contra incendios en la que ha dicho que los Fondos Europeos para la Recuperación son “una buena opción” de partida, pero no la única para enfrentarse al problema.

En su exposición, los expertos de WWF han mencionado algunas iniciativas pioneras puestas en marcha en distintas autonomías para lograr “paisajes cortafuegos”, como el proyecto mosaico Sierra de Gata (Extremadura) o el de recuperación de la zona afectada por el incendio de Las Peñuelas, en el Espacio Natural de Doñana en 2017, donde ardieron más de 10.300 hectáreas.

También han hecho un llamamiento a la participación activa de la sociedad para combatir estos siniestros al estilo de las ‘Mesas del Fuego’ de Cantabria y en general han apostado por dotar al paisaje de masas boscosas poco inflamables, menos densas y más heterogéneas.

Informe íntegro ‘Paisajes cortafuegos’: https://www.wwf.es/?57700/Informe-sobre-incendios-forestales-2021-Paisajes-Cortafuegos

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