La cumbre del clima que se celebró ayer de forma virtual y convocada por el presidente norteamericano permitió alumbrar una nueva estrella del activismo ambiental. Se trata de Xiye Bastida, una joven mexicana de 19 años que reprendió severamente a los líderes mundiales su inacción climática. El perfil y la historia personal de Bastida, víctima ella misma del cambio climático, ilustra las ansias de una nueva generación que pide un cambio radical inmediato. Este texto ha sido publicado por el diario El Universal (México).
Xiye Bastida tiene la lucha ambientalista en la sangre. Sus padres, Mindahi y Geraldine (él, de la comunidad otomí-tolteca; ella, chilena) también son activistas ambientales y por experiencia propia saben las consecuencias del calentamiento global. Bastida, de 19 años, intervino este jueves en la Cumbre de Líderes sobre el Clima, a la que convocó el presidente estadounidense Joe Biden, y habló fuerte y claro.
Dijo que «la crisis climática es resultado de haber perpetuado los sistemas de colonialismo, opresión, capitalismo y soluciones orientadas al mercado» y acusó directamente a los líderes que participaron virtualmente en el evento de ser parte «del norte, que históricamente perpetuó estos sistemas [de opresión]».
En cambio, reclamó, «las comunidades más afectadas, los que han sufrido desplazamientos por sequías, inundaciones, o incendios forestales, o abuso de derechos humanos, no están plenamente representados aquí el día de hoy».
Xiye es víctima del calentamiento global. La comunidad donde vivían, en San Pedro Tultepec, en el Estado de México, sufrió primero tres años de sequía y, en 2015, inundaciones provocadas por una serie de lluvias torrenciales y ella y su familia tuvieron que emigrar. Se mudaron a Nueva York y Xiye, durante una visita a Long Island, se dio cuenta de los estragos ocasionados por el huracán Sandy en 2012.
«Sentía que tenía que hacer algo», dijo en una entrevista con Nexus Media. Y así, la joven, que de niña pensaba estudiar veterinaria, se convirtió en activista. «Me di cuenta de que mi misión era promover la justicia climática y ambiental, poniendo el foco en las comunidades que han vivido en equilibrio con la naturaleza, antes de ser blanco de explotación y contaminación», señaló.
Este jueves insistió en el tema. «Tenemos que aceptar que la era de combustibles fósiles terminó», dijo. Sin embargo, buscar una «economía verde» del modo como se está haciendo ahora afecta a las comunidades indígenas, así como a otras. «Necesitamos una transición justa a combustibles renovables para reducir el carbono». Las soluciones, enfatizó, «tienen que implementarse [contando] con las voces de las comunidades indígenas y oprimidas junto con los líderes y tomadores de decisiones».
Xiye se unió al movimiento ‘Fridays for Future’, encabezado por la activista sueca Greta Thunberg, con quien ha sido comparada. Pero la mexicana asegura que las propuestas de su amiga y de ella se centran en temas diferentes: el de Xiye en los indígenas; el de Thunberg, en que se preste oído a los científicos, aunque ambas orientadas a la defensa del medio ambiente.
Incluso, en 2020 escribió un artículo titulado ‘My name is not Greta Thunberg’ (Mi nombre no es Greta Thunberg), en el que urge a reconocer «la diversidad de voces» que buscan lograr un futuro equitativo, sustentable y justo para todos.
En Nueva York, Xiye entró a estudiar en The Beacon School, y en marzo de 2019 movilizó a 600 compañeros para que se unieran a la huelga mundial por el clima.
Cofundadora de la organización Re-Earth Initiative, Xiye es consciente de la responsabilidad que conlleva su labor. Y así lo dijo en el documental We Rise, de Teen Vogue. «Es difícil cuando te dicen: Ustedes son los líderes, ustedes van a cambiar el mundo». Pero la crisis que vive el planeta por el calentamiento global ha hecho urgente el emprender acciones.
«No queremos ser la última generación»
Los jóvenes como ella, afirma, están luchando «para asegurarnos de que no seamos la última generación».
Tampoco está de acuerdo en que se les califique como la Generación Z. «¿Quién escogió ese nombre para nosotros? La Z es la última letra del alfabeto. «Representa el final de algo. Sé que mi generación no escogió ese nombre. Lo hicieron los adultos. Así que estamos cambiando lo que significa la Generación Z y diciendo que será el principio de algo nuevo. Y no vamos a parar hasta que nosotros estemos en estos salones de poder», dijo en We Rise.
La activista, quien ingresó en 2020 a la Universidad de Pennsylvania, sabe que debe aprovechar cada foro. Y eso hizo este jueves, cuando advirtió que no hay modo de sobrevivir a la crisis climática si las cosas se mantienen como están.
Eso hizo, también, cuando exigió el fin de la afectación de la crisis climática a las comunidades indígenas, «cero emisiones para el 2030 y planes concretos sobre cómo lograrlo». Que se proteja el Amazonas, los Estados insulares, el continente africano. Exigió, finalmente, que los gobiernos «protejan a los indefensos y reconozcan el derecho a las protestas pacíficas y movilizaciones».
Los jóvenes, advirtió, seguirán alzando la voz en tanto los líderes no cumplan con su responsabilidad. Y en ese sentido, lamentó la presentación del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. «Después de dirigirme hoy a los líderes mundiales en la Cumbre del Clima, mi padre me dijo que no se había sentido tan orgulloso y tan esperanzado en mucho tiempo. Me siento orgullosa de haber representado a México y a la juventud, especialmente cuando el discurso de López Obrador se quedó corto en ambiciones».
Solo en España le dicen «hispano» o «hispana» a una persona latina o latino.
Solo en España le dicen «Hispanoamerica» a lo que el resto del mundo le dice «latinoamerica».
Quizas tendrian que comenzar a deconstruir ese termino, suenan muy colonialistas.
UN PARASITO MAS COMO GRETA THUMBERG, VIVIDORAS