El virus del Nilo en España, que ya en veranos anteriores causó preocupación, está lejos de ser erradicado. Ahora, un estudio de la Universidad de Extremadura ha demostrado una elevada circulación de este patógeno entre las aves silvestres. Estos animales favorecen la transmisión y difusión del virus, para el que aún no hay un tratamiento específico. La luz artificial es uno de sus aliados.

Una investigación de la Universidad de Extremadura (UEx) ha confirmado «la alta circulación» del virus del Nilo Occidental (VNO) en aves silvestres, ya que uno de cada cinco ejemplares analizados presenta anticuerpos del citado virus.

Se trata de un estudio que ha permitido detectar por primera vez en Europa anticuerpos frente al virus del Nilo en la cigüeña negra, así como también contra el virus Usutu (también perteneciente a la familia flavivirus con sintomatología parecida al VNO) en la avutarda europea.

Aunque esta es la primera vez que se detecta Usutu en Extremadura, lo más destacado es la alta prevalencia del virus del Nilo en las aves, en torno a un 18,23% y su amplia distribución, según informa la UEx en nota de prensa.

Se trata de un dato clave, porque las aves participan en el ciclo epidemiológico del virus, favorecen la transmisión del patógeno a otras especies sanas a través de la picadura de mosquito, mientras que los seres humanos y los caballos solo sufren la infección y no la transmiten, por lo que se les llama «hospedadores sin salida».

Además, los investigadores han hallado porcentajes muy altos de anticuerpos en especies como el buitre leonado, algunos de los cuales murieron con sintomatología nerviosa. Es más, muchas de las especies seropositivas detectadas están catalogadas como vulnerables o en peligro de extinción, por lo que «se debe estudiar cómo responden al virus estas poblaciones», ha afirmado la profesora de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura (UEx) Eva Frontera, quien ha liderado el equipo multidisciplinar responsable de esta investigación.

Unos carboneros y herrerillos en un comedero artificial. Foto: Agencias

«Nuestro estudio confirma que en aves de Extremadura hay una alta circulación del virus del Nilo Occidental, con una distribución similar a la que hemos hallado en caballos en otro estudio reciente», ha revelado.

Así, el equipo multidisciplinar de la investigación ha explicado que las aves, al contrario de los seres humanos y los caballos, que son hospedadores accidentales, son las principales especies hospedadoras del virus del Nilo Occidental e intervienen en la difusión y transmisión de dicho virus, junto con los mosquitos.

Una punta del iceberg

Por ello, tras estudiar la situación epidemiológica del virus en aves y caballos de Extremadura, los investigadores de la UEx centran ahora sus esfuerzos en el estudio de los insectos vectores, generalmente los mosquitos del género Culex.

Los datos generales de este proyecto apuntan, según ha expuesto, a que seguramente los casos clínicos en animales declarados oficialmente cada año «sean realmente una punta del iceberg del problema que supone este virus en Extremadura».

Por ello, «es preciso incrementar la vigilancia, ya que el seguimiento que se realiza hasta ahora puede resultar insuficiente», ha expuesto Daniel Bravo, uno de los autores principales del estudio publicado en la revista Veterinary Microbiology.

En este sentido, los investigadores de la UEx se han marcado varios objetivos, uno de los cuales pretende analizar la seroprevalencia real de la población extremeña a este virus y determinar los factores de riesgo asociados a la infección, señalan.

Muestra de sangre infectada con el virus del Nilo. Foto: Agencias

Otro camino de investigación se centra, gracias a un convenio entre la UEx y el Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz, en estudiar el riesgo de infección por este virus en las propias ciudades de Cáceres y de Badajoz con el fin de «alertar de forma temprana a las autoridades para poner los medios de prevención y control adecuados, llegado el caso».

Los científicos han recogido y analizado muestras de aproximadamente 400 aves silvestres, pertenecientes a 56 especies diferentes, en busca de evidencia de infección por virus del Nilo Occidental gracias a la colaboración de los centros de recuperación de fauna silvestre Acción por el Mundo Salvaje de Badajoz y Los Hornos, en la provincia de Cáceres.

Todos los casos seropositivos detectados fueron confirmados por seroneutralización, prueba de referencia para la valoración serológica. Al necesitar un laboratorio de alta seguridad biológica, estas confirmaciones se realizaron por el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria en Valdeolmos (Madrid).

¿Qué es el virus del Nilo?

El virus del Nilo es transmitido por la picadura de un mosquito, el Aedes japonicus, infectado que ya porta el virus, aunque es importante recordar que no todos los mosquitos están infectados y que no todas las personas que son picadas por un mosquito infectado contraerán el virus. Los niños pueden infectarse, pero rara vez enferman gravemente.

Los síntomas principales de la fiebre del Nilo son similares a los de la gripe: dolor de cabeza, vómitos, fiebre, aparición de erupciones cutáneas o cansancio. No obstante, si se trata de una encefalitis o meningitis los signos de alarma son dolores de cabeza, fiebre elevada, rigidez de nuca, estupor, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular y parálisis, detalla la OMS.

No hay una vacuna ni tratamiento específico para la infección, aunque se pueden usar analgésicos sin receta para reducir la fiebre y aliviar algunos síntomas. En los casos más graves, los pacientes pueden requerir hospitalización para que reciban tratamiento, como la administración de líquidos por vía intravenosa, medicamentos para el dolor y cuidados de enfermería.

Lo importante es la prevención y protegerse de los mosquitos. Estos insectos son atraídos por la luz artificial, así que es necesario apagar todas las luces posibles durante la noche.

La Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica ha elaborado unas recomendaciones con el fin de prevenir las picaduras de insectos, como emplear telas mosquiteras en ventanas y puertas, intentar no permanecer al aire libre entre el atardecer y el amanecer, procurar dejar la luz apagada, seguir diariamente una correcta higiene corporal, evitar los perfumes intensos.

También se recomienda usar ropa que cubra lo máximo posible la piel y sacudirla antes de usarla si se ha tendido en el exterior, hacer un uso adecuado de los repelentes, siguiendo estrictamente las recomendaciones sobre el modo y frecuencia de uso descritos por el fabricante y, si se usa crema para el sol, aplicarla primero, dejar absorber durante veinte minutos y, entonces, aplicar el repelente de mosquitos.

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