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¿Por qué las orcas de Gibraltar están golpeando a los veleros?

¿Qué les sucede a las orcas de Gibraltar? Estos cetáceos están protagonizando desde hace unos meses una inusual actividad de ‘acoso’ a embarcaciones de pequeño y mediano tamaño, especialmente veleros, en el Estrecho. A algunos les han provocado daños en el casco y el timón, y sus tripulantes han vivido momentos de angustia. Pero también sucede algo parecido en el Cantábrico.

Desde finales de marzo se han contabilizado más de 50 incidentes con veleros, algo que no había sucedido nunca con esta frecuencia, lo que ha obligado a las autoridades a adoptar medidas para restringir la navegación a este tipo de embarcaciones, tanto en el Estrecho como en el Cantábrico.

Estos animales, según el testimonio de las personas afectadas, han estado persiguiendo a los barcos, a veces durante dos horas seguidas, golpeándolos repetidamente en el casco y causándoles a menudo daños en el timón y otras partes del buque.

Orcas en el Estrecho de Gibraltar. Foto: Pinterest

Pero ¿por qué actúan de este modo las orcas de Gibraltar? Los científicos están desconcertados, porque no se trata de una actitud habitual y, además, no son capaces de encontrarle una explicación.

De hecho, los expertos no saben siquiera si están ante una actitud con indicios de agresividad o si, por el contrario, “se trata de un simple juego, o ganas de hacer el gamberro”, como afirma el directivo de la entidad Ocean Care, Carlos Bravo.

“Está claro que es un comportamiento anómalo, pero de ahí a pensar que las orcas han pasado a ser agresivas con el ser humano hay una diferencia muy grande”, afirma.

Ahora bien, Bravo admite que “los seres humanos somos muy molestos” para estos animales, especialmente en el Estrecho de Gibraltar, un espacio saturado de tráfico marítimo, en el que barcos de todos los tamaños deben convivir con este reducto de orcas.

Parece ser que la mayoría de implicados en estas acciones de ‘acoso’ son ejemplares jóvenes, en edad ‘adolescente’, lo que podría llevar a pensar que están intentando jugar con los barcos, explica Bravo como posible explicación alternativa.

Las orcas de Gibraltar no se encuentran precisamente en una situación optimista. Quedan menos de 40 ejemplares y los expertos temen que acaben extinguiéndose en poco tiempo.

Tratando de buscar posibles explicaciones al comportamiento de las orcas del Estrecho durante los últimos meses, Carlos Bravo alude al creciente estrés que sufren los cetáceos en esta zona. Esto viene motivado, entre otras cuestiones, por el ruido submarino que provoca el tráfico que registra la zona.

Ejemplar de orca. Foto: Pinterest

“El estrés es algo que, igual que sucede en los humanos, provoca nerviosismo y agresividad, y es posible que esas orcas estén superestresadas”, señala.

Este hecho, junto con “un cúmulo de circunstancias”, como el turismo de avistamientos, los impactos generados por la pesca, la contaminación y otros, está afectando a este colectivo de orcas, que, como recuerda Ocean Care, no son distintas de las que hay en el resto del Mediterráneo, pero sí parecen haber desarrollado características propias, como una forma de comportarse y de comunicarse diferenciado de otras comunidades de la misma especie.

Restricciones a la navegación en el Cantábrico y el Estrecho

Carlos Bravo recuerda que el problema registrado con los ‘ataques’ de orcas a veleros en Gibraltar se ha producido también en otras partes del litoral peninsulares de forma reciente. Es el caso del Cantábrico, donde la dirección general de Marina Mercante tuvo que emitir una resolución restringiendo la navegación a barcos de pequeño tamaño, tras los episodios de ‘acoso’ sufridos a finales de 2020 por varios patrones.

Hay quien considera que los episodios del Cantábrico y los del Estrecho pueden estar relacionados entre sí. El naturalista Víctor J. Hernández, autor del libro ‘Cetáceos. Introducción a las especies ibéricas, baleares y canarias’, opina que las acciones desarrolladas por las orcas en la costa cantábrica pueden ser obra de ejemplares procedentes del Estrecho que sufrieron daños por algún barco allí. Hernández apunta a «dos orcas jóvenes movidas por el recuerdo de los golpes que recibieron desde algún velero», ha declarado a la prensa gallega.

La medida restrictiva implantada en el Cantábrico (pensada para proteger las embarcaciones, no los cetáceos), se acaba de replicar ahora en el Estrecho.

La Capitanía Marítima de Cádiz, dependiente de la Dirección General de la Marina Mercante, ha emitido una resolución restringiendo la navegación a embarcaciones a vela de eslora igual o inferior a los 15 metros entre el cabo de Trafalgar y Barbate, en una extensión de aproximadamente 2 y 9 millas desde la costa, según recoge el portal ecoticias.

Esta resolución se emite para evitar que haya más incidentes con las orcas, ya que, desde el pasado día 27 de marzo –fecha en la que se produjo el primer encuentro-, los cetáceos han protagonizado 56 interacciones con pequeños veleros, provocando en algunas ocasiones que estos pierdan el timón.

Las aguas del Estrecho sufren un gran tráfico marítimo. Foto: Pinterest

Hasta en 25 casos se han requerido los servicios de Salvamento Marítimo para remolcar a puerto a otras tantas embarcaciones afectadas por los encuentros.

La Capitanía Marítima de Cádiz establece la prohibición para veleros de eslora igual o inferior a 15 metros propulsadas exclusivamente a vela o exclusivamente a motor o que utilicen los dos medios de propulsión y también prohíbe el fondeo de estas embarcaciones en las zonas de baño no balizadas situadas dentro de la zona costera.

Sí podrán acceder a la zona de exclusión cuando quieran arribar a puerto o a un fondeadero situado en la zona costera o salir de él con destino mar adentro. En esos casos utilizarán exclusivamente su propulsión mecánica y, en la medida de lo posible, recorrerán la mínima distancia por la zona de exclusión.

A los veleros con eslora superior a los 15 metros se les insta a que utilicen exclusivamente la propulsión mecánica dentro de la zona restringida a la navegación y al resto de buques se les pide que se abstengan de llevar a cabo actividades de observación de cetáceos.

Si de todos modos alguna embarcación tiene un encuentro inesperado con las orcas, siempre que sea posible y no genere un peligro mayor, se recomienda parar la máquina, arriar las velas, dejar el timón a la vía, desconectar la sonda y evitar que las personas a bordo se acerquen a las bandas.

Las estaciones costeras emitirán periódicamente radio-avisos para dar conocimiento a los navegantes de las prohibiciones y limitaciones que establece la resolución de la Capitanía Marítima de Cádiz, que estará en vigor inicialmente hasta el día 20 de este mes, aunque no se descarta su ampliación o su anulación, según se vayan desarrollando los acontecimientos.

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Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer Colomar (Ibiza, 1967) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 1988 ha ejercido el periodismo en prensa, radio y televisión en Bilbao, Catalunya y Baleares. Especializado en información ambiental, desde 2019 coordina la sección Crisis Climática en los periódicos de Prensa Ibérica. Desde 2020 dirige Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta.

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