En los humedales de la Comunitat Valenciana han criado este año 40 parejas de cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) con un total de 300 pollos, casi el doble que en 2020. En las zonas húmedas de Andalucía han criado 47 parejas de cerceta pardilla y han nacido 356 pollos. Se trata de la especie de anátida más amenazada de Europa. España es casi el único lugar del continente donde se encuentra. La población total en nuestro país era el año pasado de 45 parejas, pero las cifras que acaba de divulgar el Ministerio invitan a la esperanza.
Los esfuerzos de administraciones y entidades están dando una oportunidad al pato más amenazado de Europa. La Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha dado a conocer los resultados de la temporada de cría de esta especie, catalogada ‘en peligro crítico’ en España y como ‘vulnerable’ a nivel mundial. Entre la Comunidad Valenciana y Andalucía, zonas prioritarias para la especie y regiones de actuación del proyecto, se han contabilizado un total de 87 parejas reproductoras, una cifra muy positiva en comparación con años anteriores.
En concreto, en los humedales valencianos se han observado 40 parejas de esta especie, casi el doble que en 2020 y muy por encima de 2019, cuando se contabilizaron únicamente 17 parejas con crías.
Además, se han censado un total de 300 pollos, una de las mayores cifras de los últimos años. Por ahora, solo se ha comprobado la cría en aquellos humedales donde se han realizado sueltas de ejemplares como parte de las actuaciones de reintroducción y cría en cautividad llevadas a cabo en el marco del proyecto.
Se trata de las zonas húmedas del Marjal dels Moros, del Parque Natural de La Albufera, del Clot de Galvany, del Parque Natural de El Hondo y del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola.
En Andalucía, los resultados de esta temporada de reproducción suman 47 parejas con crías, una cifra superior a los años anteriores, con 13 parejas con pollos en 2020 y 31 en 2019. El número de pollos registrados ha sido de 356.
Entre los factores que explican esta buena temporada de cría, destacan la gestión de agua que se ha llevado a cabo en la Dehesa de Abajo (Sevilla) y en Fuente de Piedra (Málaga), que ha permitido mantener los niveles de agua y asegurar su presencia en verano, lo que ha propiciado su reproducción.
Los demás humedales andaluces donde la cerceta pardilla ha criado son lugares gestionados, salinas o marismas cuyo nivel de agua no depende de las precipitaciones. Entre ellos se encuentran varias zonas de Doñana y otros humedales de Cádiz, Almería, Sevilla y Málaga.
Especie en situación crítica
La cerceta pardilla es una de las siete especies en situación crítica en España. Hasta mediados del siglo XX abundaba en los humedales costeros mediterráneos, especialmente en Doñana, pero en las últimas décadas su declive ha sido tan drástico que esta especie de interés comunitario está en peligro crítico.
Se trata de una especie de ave migratoria que, tras reproducirse en nuestros humedales, emprende un viaje a sus cuarteles de invernada, en África, donde el proyecto también continuará con el seguimiento de sus poblaciones.
La cerceta pardilla es un pato de pequeño tamaño y dimorfismo sexual poco evidente. El macho adulto es de color pardo arenoso, con el dorso algo más oscuro y multitud de pintas blanquecino-amarillentas en popa, flancos y dorso.
Tiene un llamativo antifaz oscuro de bordes difusos y unas plumas a modo de pequeña coleta en la nuca. Su cabeza está finamente estriada. El pico es fino y oscuro. La hembra adulta es muy similar, de tamaño algo menor, coleta más pequeña y coloración del pico ligeramente diferente.
Su drástico declive en las últimas décadas la sitúa en riesgo inminente de extinción. El número de parejas reproductoras de cerceta pardilla en España, que es casi su único lugar de distribución en Europa, se situó en 2020 en 45 parejas y con una clara tendencia en regresión.
La pérdida y degradación del hábitat es su mayor amenaza y hace peligrar la supervivencia de la especie. Los humedales sufren el impacto de la sequía, la contaminación, la proliferación de barreras artificiales y otras amenazas causadas por actividades humanas.
Para revertir el riesgo de extinción de la especie y favorecer su hábitat, el proyecto LIFE Cerceta Pardilla ha emprendido un conjunto de acciones para reforzar el estado de sus poblaciones en el medio natural, mejorar el estado de los humedales y el conocimiento científico de la especie.
El proyecto tiene un horizonte temporal hasta 2025, durante este periodo se impulsará la participación de sectores relevantes para su conservación, como los regantes o los cazadores, así como la sensibilización y la educación ambiental.
Foto principal: Shutterstock
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