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La nutria gana presencia en la ribera de nuestros ríos a medida que mejoran las condiciones medioambientales. En la década de los años 70 y 80, este mamífero, gran nadador, se vio seriamente amenazado por la acción del ser humano y vivió una situación muy preocupante. “Los biólogos de aquella época se dieron cuenta de que la nutria estaba en una situación muy extrema. No hubo peligro de extinción porque hubo zonas en el oeste y noroeste de España donde la nutria se mantuvo, pero sí que desapareció en muchas zonas”, recuerda Santiago Palazón, coordinador del Grupo Nutria de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM).
“No desapareció del todo en la mitad este de España, pero sí desapareció en gran cantidad de los recursos de agua de la mitad este y sureste, y alrededor de las grandes ciudades”, asegura Yolanda Cortés, experta del Programa de Especies Protegidas de WWF España.
En aquellos años, el animal también pasó estragos en otros países de nuestro entorno europeo. Miguel Clavero, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, señala que “hubo un colapso generalizado y desapareció muy rápido y de forma masiva en muchas áreas del centro de Europa”.
AUTOR: Antoni Batet. Grupo Nutria de la SECEM
¿Por qué se vio tan amenazada la nutria?
Los expertos coinciden en apuntar, entre otros factores, a “contaminantes ambientales” de alto efecto tóxico como los PCB, empleados en la industria y prohibidos en 1986, y los DDT, compuestos que estaban presentes en la mayoría de plaguicidas y se usaban en las actividades agrícolas.
Miguel Clavero señala “el impacto de varios contaminantes que, a partir de los años 50, afectaron a los sistemas acuáticos. Se vertían mucho a las aguas y las nutrias se vieron muy perjudicadas”.
Fue una suma de factores. La contaminación de los ríos y la destrucción de los ecosistemas ribereños pusieron a la nutria contra las cuerdas. Su supervivencia se vio además agravada por el descenso en el número de presas y el aislamiento de muchas de sus poblaciones.
AUTOR: Antoni Batet. Grupo Nutria de la SECEM
La persecución directa del ser humano sobre las nutrias es otra de las razones que explica su declive en aquellos años. En 1953, se creó en España la Junta de Extinción de Animales Dañinos (conocida como “Junta de Alimañas”), que acabó con la vida de cientos de miles de lobos, linces, buitres y nutrias, entre otras especies, con la promoción y la financiación de las administraciones públicas. “Como casi todos los carnívoros, las nutrias eran consideradas alimañas. Se pagaba dinero a la gente para que las matara porque entraban en competición directa con los intereses humanos. Durante esta persecución, todo valía”, denuncia Yolanda Cortés.
“Hasta que no estuvo protegida, la nutria se capturaba, se mataba y se comía”, agrega Santiago Palazón. La matanza de las alimañas se prolongó hasta 1968.
El uso comercial de su piel, muy apreciada para la confección de abrigos por su capacidad aislante, es aún hoy una amenaza para la especie en algunos lugares del mundo. “En Rusia y en Norteamérica sigue habiendo un comercio fuerte de pieles de nutria”, apostilla Clavero.
AUTOR: Antoni Batet. Grupo Nutria de la SECEM
Claves de su actual recuperación
La recuperación de la nutria es paralela en España a la implantación de normas protectoras de los animales y a la mejora medioambiental de los hábitats naturales de orden fluvial. “En los años 80 y 90 es cuando se pusieron en marcha numerosas depuradoras en los ríos de España, y eso elevó mucho la calidad del agua y eliminó gran parte de los contaminantes peligrosos para la nutria que había antes”, afirma Santiago Palazón. Otra de las claves radica en la mayor abundancia de alimento para la nutria, que “se alimenta de peces, si tiene peces, y si no, de cangrejo americano, que ha crecido mucho en los últimos años”, agrega.
La nutria es un mamífero mustélido y carnívoro que lleva una vida semiacuática y que saca toda su comida del agua. Por eso, todos los especialistas consultados coinciden en señalar como causas principales de su recuperación que ya no se persigue la nutria, que la salubridad del agua ha mejorado y que los ecosistemas de los ríos también.
AUTOR: Antoni Batet. Grupo Nutria de la SECEM
Los censos que periódicamente realiza la SECEM muestran cómo, a lo largo de estas cuatro décadas, la nutria se ha ido recuperando en toda la península, repoblando territorios en los que había desaparecido o reducido de forma notable su comunidad.
En el siguiente cuadro, que incluye los datos del cuarto censo que próximamente publicará la SECEM, se observa cómo la evolución de la nutria es positiva de forma muy generalizada en el conjunto de comunidades autónomas. En la tabla figuran los notables crecimientos porcentuales que, en cada región, experimenta la presencia de nutria en cada censo respecto al anterior.
Fuente: SECEM
Este estudio se basa en más de 8.000 puntos de rastreos realizados en toda España con la ayuda de 1.090 colaboradores y revela que en más del 65% de las muestras se ha detectado presencia de nutria.
La evolución que muestran los cuatro censos realizados por la SECEM desde los años 80 ponen de relieve una evidente recuperación de la nutria. El coordinador del Grupo Nutria de SECEM, Santiago Palazón, destaca que la especie “se ha recuperado en el País Vasco, donde llegó un momento en que dejó de haber nutria, y actualmente comienza a ser bastante más abundante”. Resalta también que “ha ido recuperando zonas mediterráneas. En Murcia y el Levante español, la nutria se recupera, pero muy lentamente”.
Miguel Clavero, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, abona esta misma tesis: “La zona de Levante es la última que queda por colonizar, el entorno de las grandes ciudades es donde fue más fuerte su desaparición. La nutria va recolonizando terreno en Alicante, aunque ahí hay margen para que haya más territorio ocupado por la nutria”.
Yolanda Cortés, experta del Programa de Especies Protegidas de WWF España, añade que “la nutria tiene ahora una mayor capacidad de ocupar hábitats que, en principio no parecen adecuados para ella, como son los alrededores de las grandes ciudades, y de vivir en ríos que en temporadas del año pueden secarse del todo o tener muy poca agua”.
En mayo del año pasado, Francisco José García, biólogo del Grupo de Seguimiento de la Universidad Complutense logró avistar y fotografiar un ejemplar de nutria macho en la ribera del río Manzanares, en el centro de Madrid, junto al antiguo estadio Vicente Calderón, en el marco del proyecto de Seguimiento de Biodiversidad Urbana del Ayuntamiento de Madrid.
AUTOR: Nutria avistada en el río Manzanares, a la altura del Puente de los Franceses, en el en entorno del antiguo estadio Vicente Calderón, por el biólogo Francisco J. García.
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