Las primeras medidas ambientales de Joe Biden han sido acogidas con satisfacción por el movimiento conservacionista español. Sin embargo, las entidades temen las presiones de los poderosos círculos de influencia petrolera del país.
Optimismo con matices. Este sería el resumen telegráfico de las valoraciones realizadas por las organizaciones ecologistas sobre el impacto que tendrá el acceso de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos. El hecho de que una de sus primeras decisiones haya sido firmar el Acuerdo de París ha generado satisfacción entre los conservacionistas. Los matices se centran en considerar que Biden tendrá que enfrentarse al poderoso lobby que integran las grandes corporaciones de los combustibles fósiles, que llevan decenios influyendo en la política de EE. UU.
Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, resaltó que el hecho de que Estados Unidos regrese como Estado («gran parte de su sociedad civil nunca se fue», resaltó), es una «buena noticia para todos», pero «solo es el principio de la reconstrucción de la acción por el clima que Biden tiene por delante para convertir el paso de Trump en una anécdota en la agenda climática».
La tarea es compleja: «Pasa por revertir las 125 regulaciones ambientales que la anterior Administración ha derogado o debilitado; por ejecutar un plan de reducción de emisiones y adaptación al cambio climático verdaderamente ambicioso; pero, sobre todo, pasa por ejercer como un auténtico líder contra el cambio climático, en casa y en el contexto internacional, recuperando la credibilidad».
José Luis García, experto de Greenpeace en cambio climático, resaltó el simbolismo de que Biden haya vuelto ya a los Acuerdos de París. Cree que, si cumple lo que ha prometido, el efecto sobre el climal será muy positivo. Tiene la ventaja de que las dos cámaras, Congreso y Senado, están controladas por su partido, así que «no tendrá obstáculo político ni administrativo».
Sí habrá un escollo importante: las poderosas corporaciones de los combustibles fósiles. «Tendrá que plantarse frente a las presiones de ese lobby», advierte.
García destacó que Bidden «no lo tendrá fácil», aunque a su favor juega que la mayoría de la opinión pública y de la sociedad norteamericana están «claramente» a favor de actuar frente al cambio climático, y la obligación de actuar de inmediato «porque el tiempo se acaba».
Por otra parte, Amigos de la Tierra confía en que la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París, uno de los compromisos de Joe Biden compense años de inacción y obstáculos en relación a la acción contra el cambio climático.
Ahora, según la ONG, Estados Unidos debe «demostrar su compromiso con un plan ambicioso de reducción de emisiones». Por ello, pide a quienes ahora formen parte del equipo negociador climático del país una postura «renovada».
Para Amigos de la Tierra, se necesitará «mucho más» que unirse al Acuerdo de París para que Estados Unidos demuestre su compromiso. Para ello, la responsable de Justicia Climática de Amigos de la Tierra, Cristina Alonso, Estados Unidos debe elaborar un plan de reducción de emisiones de carbono con la premisa de cumplir su parte justa para mantener el límite del aumento de la temperatura global en 1,5ºC.
Además, subraya que el equipo anunciado por Biden para encabezar la lucha contra el cambio climático repite muchas de las personas que estuvieron durante el mandato de Obama, lo que, según Amigos de la Tierra, puede significar una «peligrosa política de continuista inacción».
«Biden ha reciclado a gran parte del equipo, pero la anterior postura de inacción y obstaculización climática debe terminar», declaró Alonso.
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