Vivir en un medio ambiente saludable es un derecho recogido en la legislación de 155 países y en acuerdos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por las Naciones Unidas en 1948. Pero muchas veces no se cumple. De hecho, el 23% de las muertes registradas en todo el mundo están relacionadas con riesgos ambientales, como la contaminación del aire o del agua y la exposición a sustancias químicas, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha pedido a los Estados que adopten medidas más contundentes para conservar, proteger y restaurar los ecosistemas, al considerarlos“cruciales para la salud y el bienestar humanos”. Alrededor de 69 naciones se han comprometido a entablar un diálogo para reconocer el derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible.
El programa de medio ambiente de la ONU señala que existen al menos seis motivos por los cuales resulta “urgente” frenar la emergencia climática y defender el derecho humano a la salud medioambiental.
1.La destrucción de espacios silvestres facilita la aparición de enfermedades zoonóticas.
La alteración de la tierra para construir hogares, lograr áreas de cultivo y levantar industrias ha puesto a los humanos en un contacto creciente con la vida silvestre y propicia que los patógenos se propaguen de los animales salvajes a las personas. Las investigaciones científicas apuntan que el 60% de las infecciones humanas son de origen animal.
Según la plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES), habría hasta 1,7 millones de virus no identificados y susceptibles de infectar al ser humano en los mamíferos y las aves acuáticas. Cualquiera de estos virus podría desatar la próxima ‘Enfermedad X’, potencialmente más perjudicial y más letal que el covid-19.
2.La contaminación del aire reduce la calidad de la salud y la esperanza de vida.
Nueve de cada diez personas en el mundo respiran aire sucio, lo que provoca daños en la salud y acorta la vida. Cada año, alrededor de siete millones de personas mueren a causa de enfermedades e infecciones relacionadas con la contaminación del aire, más del quíntuple de las que pierden la vida en accidentes de tráfico.
La exposición a la contaminación puede provocar en los niños retrasos en el desarrollo, problemas de comportamiento e incluso un coeficiente intelectual más bajo. En los adultos, los contaminantes están asociados con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
3.La pérdida de biodiversidad compromete el valor nutricional de los alimentos.
Las dietas humanas se han vuelto en el último medio siglo un 37% más pobres: solo doce cultivos y cinco especies animales proporcionan el 75% de la ingesta energética mundial. Casi una de cada tres personas padece alguna forma de desnutrición y gran parte de la población mundial se ve afectada por enfermedades relacionadas con la dieta, como alteraciones cardíacas, diabetes y cáncer.
4.La pérdida de biodiversidad reduce el alcance y la eficacia de los medicamentos.
Los productos naturales se utilizan para fabricar gran parte de las sustancias farmacéuticas existentes y han sido particularmente importantes en áreas como la terapia del cáncer. Pero los científicos alertan de que 15.000 especies de plantas medicinales están en riesgo de extinción y de que la Tierra pierde al menos una droga potencialmente importante para elaborar medicamentos cada dos años.
5.La contaminación amenaza a miles de millones de personas en todo el mundo.
El agua contaminada por desechos, las aguas residuales no tratadas, las escorrentías agrícolas y las descargas industriales ponen a 1.800 millones de personas en riesgo de contraer cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis.
El metilmercurio, que se encuentra en productos cotidianos y contamina el pescado, puede tener efectos tóxicos en los sistemas nervioso, digestivo e inmunológico. Existe una creciente preocupación sobre el impacto de los microplásticos en la vida marina y en la red alimentaria.
Además, cada año, 25 millones de personas sufren intoxicación aguda por plaguicidas. Y el glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo, está asociado con varios cánceres. Los antibióticos se han vuelto menos efectivos, debido a su uso generalizado para el crecimiento del ganado. Aproximadamente 700.000 personas mueren cada año por infecciones resistentes a los antibióticos.
6.El cambio climático presenta riesgos adicionales para la salud y la seguridad
La última década fue la más calurosa en la historia de la humanidad y ya se están experimentando los efectos del cambio climático: los incendios forestales, las inundaciones y los huracanes se están convirtiendo en eventos regulares, que amenazan vidas, medios de subsistencia y la seguridad alimentaria.
El cambio climático también afecta la supervivencia de los microbios, lo que facilita la propagación de los virus y, en consecuencia, que enfermedades como el covid-19 se propaguen con más frecuencia y más rápidamente.
Página de referencia: https://www.unep.org/news-and-stories/story/six-reasons-why-healthy-environment-should-be-human-right
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