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Deshielo Antártida

El deshielo de la Antártida amenaza con una subida del mar aún mayor

El deshielo de la Antártida está provocando un incremento del nivel del mar mucho mayor de lo que se creía hasta ahora. Tanto, que si la capa de hielo de la Antártida occidental –la más sensible al deshielo– desapareciera, el nivel del mar aumentaría 4,2 metros, un metro más de lo que la ciencia había calculado hasta ahora, según un estudio de la Universidad de Harvard.

Un equipo de investigadores de la prestigiosa universidad norteamericana ha realizado nuevas mediciones sobre el efecto del deshielo y ha comprobado que la Antártida está “rebotando”, igual que haría cualquier objeto pesado sobre una tela elástica. Este hecho ocurre porque el continente helado se sustenta sobre una capa de baja viscosidad y el deshielo implica una enorme pérdida de peso, lo que provoca que el terreno subyacente se eleve y el agua de la zona vaya a parar al mar.

El informe, publicado en “Science Advances”, analiza el que los científicos denominan “mecanismo de expulsión de agua”. Y concluye que el lecho rocoso sobre el que se asienta el hielo de la Antártida, al encontrarse por debajo del nivel del mar y estar sustentado por un manto anormalmente caliente, de baja viscosidad y con una litosfera delgada, se eleva con el deshielo y empuja el agua circundante al océano, lo que se suma al aumento global del nivel del mar por otras circunstancias.

Foto: Pixabay

Ese factor “rebote” provoca que el nivel del mar ascienda, y no solo porque se vierta más agua al océano. Según los autores del estudio, el aumento global del nivel del mar asociado al posible colapso de la capa de hielo de la Antártida occidental ha sido hasta ahora “significativamente subestimado”, al considerar que sería “pequeño” y que ocurriría “lentamente”.

Los cálculos de este equipo de científicos han echado por tierra esa teoría: “Si la capa de hielo de la Antártida occidental colapsara, la estimación más citada del aumento medio global del nivel del mar resultante sería de 3,2 metros”, señala Powell. “Lo que hemos demostrado es que el mecanismo de expulsión de agua agregará un metro adicional, o un 30 por ciento al total, dentro de 1.000 años”, indica.

“La magnitud del efecto nos sorprendió”, apunta Linda Pan, codirectora del estudio junto a Evelyn Powell. “Estudios anteriores que habían considerado la subida del nivel del mar en relación con este mecanismo lo descartaron al considerarlo intrascendente”, añade.

También hay consecuencias a más corto plazo: una de las simulaciones indicó que a finales de este siglo el amento del nivel del mar provocado por el derretimiento del hielo de la Antártida occidental aumentará ya en un 20 por ciento.

Los autores del estudio lanzaron además una severa advertencia: el aumento del nivel del mar no se detiene cuando el hielo deja de derretirse, al contrario, “el daño que estamos haciendo a nuestras costas continuará durante siglos”.

Los resultados del informe obligan a revisar al alza las proyecciones estimadas hasta ahora sobre el aumento del nivel del mar que se basaban en modelos climáticos, señala Jerry Mitrovica, profesor de Ciencias Planetarias en Harvard.

A partir de ahora cualquier cálculo sobre el aumento del nivel del mar deberá tener en cuenta el efecto de expulsión del agua y la baja viscosidad del manto situado justo debajo de la Antártida.

Hay dos causas principales del aumento medio global del nivel del mar: el agua añadida por el derretimiento de las capas de hielo y los glaciares y la expansión del agua del mar a medida que se eleva su temperatura. El derretimiento de la capa de hielo de la Antártida es actualmente responsable de entre el 20 y el 25 por ciento del aumento global del nivel del mar, según los últimos estudios científicos.

Estos estudios han concluido asimismo que el derretimiento del hielo en la Antártida contribuirá a que haya cada vez con más frecuencia fenómenos meteorológicos extremos, afectará a todo el sistema climático global del planeta, provocará temperaturas impredecibles, y tendrá efectos disruptivos para la agricultura, las infraestructuras y, en consecuencia, para la vida humana.

De ahí la importancia que los científicos dan al cumplimiento del Acuerdo de París de 2015, que tiene como objetivo que la temperatura no supere en 2ºC los niveles preindustriales y promover esfuerzos adicionales para que el calentamiento global no supere esos niveles en 1,5ºC. Porque al ritmo actual de emisión de gases de efecto invernadero el calor de la Tierra aumentará 4ºC en 2100, lo que provocaría, entre otros efectos dramáticos, un aumento catastrófico del nivel del mar.

Estudio de referencia: https://advances.sciencemag.org/content/7/18/eabf7787

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Ramón Díaz

Ramón Díaz Alonso (Llanes, Asturias; 1962). Trabaja desde 1990 en La Nueva España, primero como corresponsal en la comarca oriental de Asturias, después como responsable de la edición del oriente de Asturias y desde 2017 en la sección de Asturias, especializado en información política, de infraestructuras y ambiental. Colabora desde enero de 2021 con Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta. Es coautor de varias publicaciones de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET).

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