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El águila perdicera reina de nuevo en las Baleares

La reintroducción del águila de Bonelli o perdicera (Aquila fasciata) en Mallorca está resultando un éxito. El conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, ha hecho balance del proyecto de reintroducción de esta especie en la isla, que comenzó hace algo más de un decenio, y ha afirmado que la población actual, de 40 ejemplares, es sostenible.

El Govern balear aprobó el Plan de Reintroducción de esta especie en 2009 y, durante los primeros seis años, se establecieron seis parejas territoriales y nacieron once crías. Esta ave majestuosa también se ha logrado recuperar en los montes alaveses.

En 2014 nació el primer ejemplar en libertad de una pareja establecida en Mortitx y que, a día de hoy, sigue criando con éxito.

Según las conclusiones del último informe elaborado en 2017 por el equipo de Biología de la Conservación de la Universidad de Barcelona (UB), actualmente hay 40 ejemplares, entre los cuales figuran 9 parejas.

Imagen del libro «Águila perdicera», de Tony Peral. Foto: Tony Peral

Este año han nacido cinco crías de que serán identificados con emisores GPS para poder obtener información del uso que hacen del territorio, así como se ha hecho con otros 23 ejemplares que ya llevan colocados dispositivos similares.

El conseller Mir, acompañado del director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Llorenç Mas, y el jefe del servicio de Protección de Especies, Ivan Ramos, ha destacado el éxito de este proyecto que persigue proteger la biodiversidad en Mallorca.

Un ave rapaz en franca regresión

El águila perdicera es una de las aves rapaces que se encuentra en franca regresión. Aparece ampliamente distribuida a lo largo del sur de Europa, el norte de África, Próximo y Medio Oriente, India y sur de China.

La población en el Mediterráneo Occidental está formada por 1.600-2.200 parejas, de las que 900 (47%) se encuentran en países de la Unión Europea: España (733-768 parejas, incluida Mallorca), Italia (34-28 parejas en Sicilia) y Francia (30 parejas).

La disminución de las poblaciones del águila de Bonelli en Europa contrasta con la estabilidad o incluso la recuperación durante este mismo período de otras grandes rapaces, como el águila imperial ibérica o el águila real, con las que compartiría similares problemas y amenazas.

Lamina con las cinco águilas de la fauna española. Foto: Blue Nature

La alimentación de los reproductores se rige por las especies presa más abundantes en los territorios de cría, prefiriendo conejo, perdiz o paloma, aunque no desdeña córvidos u otros paseriformes, lagartos o culebras.

Los juveniles realizan dispersiones hacia zonas con gran cantidad de presas, donde se reúnen con otros ejemplares jóvenes de grandes águilas. Estos movimientos pueden ser de decenas a miles de kilómetros. Durante el proyecto Life Bonelli se constató la dispersión de dos águilas de Bonelli liberadas en la Comunidad de Madrid al continente africano (Marruecos y Senegal).

Después de pasar un periodo variable en las zonas de dispersión, los juveniles van siendo reclutados bien en la población reproductora, bien en territorios ya formados, donde sustituyen a uno de los adultos reproductores o bien fundando territorios nuevos o desaparecidos hace algún tiempo.

Quince nuevos territorios de águila de Bonelli en España

Gracias a las liberaciones de ejemplares entre 2013 y 2017, Life Bonelli ha hecho posible la formación de quince territorios de águila de Bonelli en España.

La especie habita en zonas muy variables, aunque prefiere zonas rocosas y cortados en general para hacer sus nidos, aunque puede llegar a realizarlos en árboles e incluso en tendidos eléctricos

Precisamente uno de los puntos débiles del águila de Bonelli podría ser su elevada mortalidad por electrocución, debido a que además de posarse en la parte alta de los apoyos también utiliza –a diferencia de las otras grandes águilas– los puntos inferiores de las crucetas, donde el riesgo se multiplica.

Águila perdicera marcada en el Tajo Internacional, Cáceres. Foto: SEO/BirdLife

Además de la electrocución se han constatado también casos de colisión, aunque son menos numerosos. En cuanto a la mortalidad natural, aparecen casos por enfermedades transmitidas por otra aves (caso la tricomoniasis).

También se han confirmado casos de ataques a águilas de Bonelli por parte de águilas reales, águilas imperiales, e incluso entre ejemplares de la misma especie adultas a juveniles. También ha habido casos de depredación por parte de búho real.

El águila perdicera en la Guía de aves de SEO/BirdLife: https://seo.org/ave/aguila-azor-perdicera/

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