Un estudio comparativo entre cuatro islas españolas (las baleares de Menorca e Ibiza y las canarias de Lanzarote y Fuerteventura) que acaba de hacerse público pone de manifiesto cuatro realidades ecológicas y sociales muy diferentes. Sin embargo, estas cuatro islas tienen en común un progresivo aumento de la densidad de población y grandes asignaturas pendientes en temas ambientales.
A pesar de que se trata de cuatro islas de tamaños relativamente parecidos y que suelen presentarse como exponentes de tranquilidad y conservación medioambiental, lo cierto es que todas ellas van perdiendo poco a poco esta característica, debido sobre todo al fuerte aumento de la afluencia turística y también de la población residente.
La densidad de población en la isla de Lanzarote, por ejemplo, se ha multiplicado por 2,4 entre 1991 y 2019, pues si hace veinte años este parámetro era de 76,7 habitantes por kilómetro cuadrado, ahora ya es de 180.
Más acusada es la situación de Fuerteventura, donde la densidad de población directamente se ha triplicado, al pasar de 22,2 habitantes por kilómetro cuadrado en 1991 a 70,4 en 2019.
En el caso de Ibiza, este parámetro se ha duplicado y esta isla es la que tiene la mayor densidad de población de las cuatro islas, con 258,7 habitantes por kilómetro cuadrado en la actualidad.
Menorca, con cifras más moderadas en este aspecto, ha pasado de 92,7 habitantes a 134,4 en el mismo periodo.
Presión humana total (turistas y residentes) al alza
Sin embargo, si se tiene en cuenta también la población flotante, es decir, la turística, entonces la densidad de población en las cuatro islas aumenta considerablemente.
Ibiza en verano (cuando se concentra su actividad turística) tiene 414 personas por kilómetro cuadrado, mientras que Lanzarote tiene 243,4, Menorca 189,9 y Fuerteventura, 95,4. Ibiza tiene 60 turistas por cada habitante, mientras que Lanzarote y Fuerteventura tienen 35 cada una y Menorca, 41.
La presión humana que sufren las cuatro islas es consecuencia, en gran parte, del aumento del turismo. En el caso de Lanzarote, el tráfico de pasajeros anual (que incluye tanto entradas como salidas) pasó de 2,3 millones en 1990 a 7,2 millones en 2019. En Fuerteventura pasó de 1,1 millones a 5,6 en el mismo periodo, en Menorca, de 1,5 millones a 3,4 y en Ibiza, de 2,4 millones a 8,1 millones y es, nuevamente, la isla que presenta un mayor volumen de turistas.
El número de plazas de alojamiento hotelero ha aumentado considerablemente en las dos últimas décadas en las dos islas canarias. Lanzarote tenía 42.943 en 1990 y ahora ya tiene más de 71.000. Fuerteventura ha experimentado también una fuerte subida: de 20.000 a 63.300, es decir, el triple.
En cambio, Menorca e Ibiza se mantienen estables, aunque esta última isla es la que más tiene, con 78.900 plazas hoteleras.
La calidad del agua de las playas: Canarias gana
Las dos islas canarias pueden presumir de tener unas aguas de baño de excepcional calidad, y bastante mejores que las dos islas analizadas en Baleares, que en los últimos años han descendido algunos peldaños en esta materia, a consecuencia de los problemas derivados de su red de depuradoras, claramente insuficiente.
En Lanzarote, el 100% de los muestreos realizados en 2019 en las aguas de baño obtuvo una calificación de ‘excelente’, mejorando algo incluso respecto a años anteriores. Las playas de Fuerteventura arrojan el mismo resultado en el 97% de los casos.
En el caso de Ibiza y Menorca, en cambio, las playas con la máxima calificación son el 78% y el 77%, respectivamente, acusando un importante descenso desde el 95% y el 94% que tenían en 2011.
Las dos islas canarias ganan claramente a las dos de Baleares en cuanto a energías renovables, porque Fuerteventura tiene una potencia renovable instalada de 40.748 kilovatios y Lanzarote tiene 33.425, mientras que Menorca tiene solo 8.300 e Ibiza no tiene ninguna cantidad apreciable.
En cuanto a recogida selectiva de residuos, Menorca (19,6%) e Ibiza (17,1%) tienen los índices más elevados, mientras que Lanzarote solo llega al 10% y Fuerteventura, a menos del 8%. En todo caso, son proporciones muy alejadas de los objetivos impuestos por las directivas europeas.
La isla que más residuos genera, tanto en números absolutos como per cápita, es Ibiza, con un total de 142.700 toneladas al año, seguida de Lanzarote, con 107.596, Fuerteventura, con algo más de 100.000 y Menorca, con 57.500 toneladas.
En cuanto a superficie protegida, el archipiélago canario gana con amplio margen, ya que el 51,8% de Lanzarote lo está, y el 44,1% de Fuerteventura también. Menorca tiene el 39,4% e Ibiza, solo el 18,2%. Además, los espacios protegidos de Baleares están, en su mayor parte, faltos de gestión, que sí hay en las dos islas canarias en una abrumadora mayoría de sus espacios protegidos.
Las islas, en general, tienen bastante costa urbanizada. Fuerteventura es la isla con mayor extensión de suelo artificial (6.526 hectáreas), pero dado que es la más grande, esta proporción (3,9%) es la más baja de todas. En Lanzarote hay 5.735 hectáreas artificiales, que suponen el 6,8% de su superficie, y Menorca e Ibiza tienen respectivamente un 6,1 y un 6,2% de territorio artificializado.
La renta económica per cápita en cada isla difiere mucho según el archipiélago. Ibiza tiene la más alta de todas (alrededor de 12.500 euros), seguida de cerca de Menorca. En cambio, Lanzarote se queda en 10.000 euros y Fuerteventura, en unos 9.600.
El estudio, que reúne un total de 98 variables correspondientes a todos tipo de ámbitos ecológicos, económicos y sociales, ha sido impulsado por varios organismos dependientes de los cabildos y consells insulars de Lanzarote, Fuerteventura y Menorca, y por la entidad privada Ibiza Preservation.
Contenido del informe: https://drive.google.com/file/d/1MmfKECsOOVEvuf_96IG0kgAwVb9MSA1-/view
Te puede interesar: Fuerteventura, un paraíso amenazado por varios proyectos
Hacer un comentario