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Conclusiones de Seo/BirdLife sobre la cumbre del clima: «El resultado es insuficiente»

Tras las negociaciones de ultima hora, la ONG  Seo/BirdLife considera que la cumbre del clima de Glasgow marcó la diferencia por contar con la naturaleza como un aliado fundamental para atender la emergencia climática, pero quedó aun lejos de marcar unos compromisos firmes y concretos para lograr el objetivo del Acuerdo de Paris y detener la alarmante pérdida de biodiversidad. David Howell, responsable de Clima de SEO/BirdLife responde a varias preguntas clave sobre lo que ha sido la COP26. La principal conclusión: El «resultado es totalmente insuficiente».

David Howell. Foto: EFE Verde

–En general ¿Cuál es el balance de esta COP?

–La respuesta es que, en conjunto, el resultado es totalmente insuficiente. Llegamos a la COP26 todavía demasiado lejos de la senda de 1,5ºC y este año solo hemos dado pasos modestos, cuando cada año toca dar pasos de gigante y corriendo. Con cada año que pasa así, en los años siguientes los pasos tienen que ser cada vez más gigantescos y apresurados y por lo tanto, costarán cada vez más. Aunque el abandono de los combustibles fósiles y los subsidios asociados figura por fin en el acuerdo final, está expresado en términos demasiado tímidos como para impulsar la transformación colosal requerida. Lo mismo se puede decir de los inaceptables retrasos con la financiación para los países más necesitados, tanto para su desarrollo limpio como para reducir su vulnerabilidad ante la emergencia climática, con la vida y sustento de millones de personas en grave riesgo permanente. Y en los peores casos, de impactos catastróficos e irreversibles, la actitud de los países industrializados que más hemos creado el problema no corresponde ni de lejos con una situación que está literalmente borrando otros países y culturas del mapa. No obstante, la voluntad colectiva de las partes, a pesar de las grandes diferencias que parecen inabarcables, sigue siendo limitar el calentamiento global a 1,5ºC y poder decir lo dentro de un año en la COP27 en Egipto.

–¿Ha habido avances respecto de la COP de Madrid?

–En temas de gran importancia, los avances han sido a todas luces insuficientes, y aunque se haya llegado a un acuerdo sobre los mercados internacionales de carbono, no se ha puesto fin a los proyectos insostenibles ni tampoco se ha eliminado la doble contabilidad y por tanto, la atmósfera no detectará el beneficio deseado. El objetivo de 1,5ºC se ha consolidado y los países tendrán que volver a la COP27 con una ida bien clara de cómo alinear sus compromisos de descarbonización con esa meta. Por otro lado, aunque tarde, se empiezan a avanzar más rápido en temas de adaptación, tanto en la forma de identificar las necesidades, como en convertir objetivos en acciones y por tanto, medidas concretas a financiar. Y en la agenda más cercana a SEO/BirdLife y BirdLife International, se han logrado avances notables en la incorporación, aunque tardía, de la conservación de la biodiversidad y la protección del océano en particular y los ecosistemas en general a la agenda climática multilateral.

Manifestación para reclamar acciones contra la crisis climática durante la COP26. Foto: Guglielmo Mangiapane / Reuters

–¿Cuáles son los resultados más destacables?

–Para SEO/BirdLife, se puede celebrar la entrada cada vez más fuerte de la agenda de la biodiversidad y el océano en la agenda climática. El acuerdo alcanzado deja bien claro el papel del medio natural en la reducción del CO2 en la atmosfera y en minimizar la vulnerabilidad del ser humano ante la creciente emergencia climática. Además, la COP insta a las partes a integrar la naturaleza en los planes y las decisiones nacionales y locales en materia de acción climática, que a su vez, se deben orientar a la meta de 1,5ºC y presentarse, en forma de nuevos compromisos más ambiciosos, para finales de 2022. Y por fin, se lanza el trabajo para identificar una ‘Meta Global de Adaptación’, y diseñar los planes y las acciones nacionales y locales en la materia siguiendo el principio de la adaptación basada en los ecosistemas.

–¿Dónde han fallado las partes?

–En tres frentes principales: los países que más combustibles fósiles consumen o producen todavía no se han mostrado dispuestos o capaces de abandonar esta dependencia, complicada por el consumo creciente de estas fuentes de energía en los grandes países en desarrollo. Segundo, los países ricos que más han emitido históricamente no solamente siguen retrasando demasiado su descarbonización y las medidas necesarias, sino también llegan tarde con el apoyo financiero, tecnológica y de conocimiento que necesitan los países más vulnerables, o con el reconocimiento de sus responsabilidades históricas. Y por último, tal vez en parte por la crisis de la pandemia, la suma de los varios anuncios multilaterales, bilaterales o unilaterales a lo largo de la COP, no ha sido capaz de cambiar de forma significativa la tendencia de las emisiones mundiales, y llegar a la meta de 1,5ºC todavía no está asegurado.

–¿Cuáles son los deberes para el próximo año?

–En 2022 la humanidad debe reducir no solamente las emisiones sino también las omisiones. Es vital aprovechar la cita de la COP15 del Convenio de Diversidad Biológica para avanzar rápido con la plena incorporación de la conservación de los ecosistemas en la acción climática y garantizar que la compatibilidad de la transición energética con la protección ambiental. En materia fiscal, se debe empezar el proceso de desincentivar las prácticas que más emiten o que más perjudiquen la biodiversidad, e incentivar y fomentar las opciones que no emiten y más favorecen la conservación y recuperación del medio natural. Los subsidios, precios, impuestos, presupuestos y leyes se tienen que alinear con 1,5ºC y la conservación ambiental, empezando desde ya, tanto en la producción y consumo de energía y alimentos, como en los sectores de movilidad, edificios, residuos y la industria.

David Howell durante una visita al Delta del Ebro, en 2014. Foto: SEO/BirdLife

–¿Quién debe liderar ese proceso?

–Los países industrializados deben liderar este proceso no solo con su descarbonización, la conservación de sus ecosistemas, y la reducción de su huella en el exterior, sino con un salto cualitativo de solidaridad con los países más vulnerables, en materia de financiación, transferencia de tecnología y creación de capacidad. A nivel europeo, es urgente acelerar el trabajo con el paquete ‘Fit for 55’ camino de COP27 en Egipto, para llegar con un mayor compromiso y concreto de reducción de emisiones, de conservación ambiental y de financiación para los países más vulnerables, todo alineado con la justicia climática y la meta de 1,5ºC. En España, urge iniciar en 2022 un proceso amplio de dialogo entre todos los actores para preparar la revisión al alza de los objetivos climáticos y de implantación de energías renovables en 2023, con la aportación de la Asamblea Ciudadana del Clima y el Comité de personas Expertos en Cambio Climático y Transición Energética, todavía sin establecer. Adicionalmente, es fundamental aprobar una nueva generación de planes hidrológicos, un plan estratégico de agricultura, y avanzar con la transición ecológica en el gasto de los fondos Nueva Generación y los Fondos Estructurales.

–¿Alguna otra conclusión?

–Este proceso multilateral sigue siendo imprescindible, y en las decisiones de esta COP por lo menos se reconoce la enormidad de los retrasos y del reto que queda por delante. Las negociaciones del clima solo estarán a la altura de las circunstancias con transformaciones de una velocidad y profundidad vertiginosas en esta década en el modelo productivo y en los partidos políticos de los países industrializados a nivel estatal, regional, y municipal. Y ese camino hay que emprenderlo con la plena implicación de la sociedad civil, empezando a la vuelta de la COP.

Web sobre la COP26: https://unfccc.int/es/node/307746

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Foto principal: unsplash

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