Son muchos los avances que la ciencia y la tecnología nos han traído en las últimas décadas para mejorar la situación de emergencia climática y ayudar a acabar con la extinción de especies. Las últimas novedades ya están en órbita.
El desarrollo de nuestra sociedad no implica siempre una evolución dañina para el planeta en el que vivimos ni para las especies con las que compartimos escenario.
En las últimas décadas, y movidos por la necesidad de reducir el impacto que nuestra especie tiene en la fauna y la flora de todo el mundo, el ser humano se ha obsesionado con evolucionar tecnológicamente.
Desde hace varios años orbitan alrededor de la tierra una gran cantidad de satélites que son capaces de predecir, medir y potenciar la conservación de las especies y ayudarnos a reducir el calentamiento global.
La última herramienta que el ser humano ha lanzado al espacio para realizar mediciones sobre los cambios del nivel del mar es el satélite Sentinel-6.
Lanzado en noviembre de 2020, Sentinel-6 está enmarcado dentro del programa Copérnico de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Satélites para el análisis del nivel del mar
Es fundamental el control rutinario de esta variable tan peligrosa para la permanencia de la Tierra tal y como la conocemos.
El aumento del nivel del mar y sus variaciones perjudica a los ecosistemas marinos, favorece la aparición de tifones y huracanes y supondría inundaciones en multitud de regiones en todo el mundo.
Para realizar esas mediciones, el satélite Sentinel-6 incorpora altímetros de precisión con los que vigila ya la forma en que el océano almacena y redistribuye el calor, el agua y el carbono en todo el sistema climático.
Se logrará un registro de más de cuarenta años gracias al complemento que supondrá el lanzamiento en 2025 de su satélite gemelo Sentinel-6B.
Gracias a su altímetro de gran precisión, desarrollado por la ESA, encargado de enviar pulsos electromagnéticos a las superficies acuáticas, además de controlar el nivel del mar será capaz de monitorizar también el oleaje.
Con el análisis de estas variables se logrará predecir de forma precisa cuál será el futuro de multitud de poblaciones ubicadas cerca de la costa.
Inteligencia Artificial para el control de las especies
Otra de las disciplinas en las que la tecnología es capaz de sumar esfuerzos por el bien del planeta es en el control de las especies.
Lograr reducir las posibles extinciones realizando monitoreos y controles períodicos de animales que se encuentran en situación de vulnerabilidad, es fundamental para revertir la situación.
La Inteligencia Artificial se ha rebelado en los últimos años como gran aliada del mundo animal.
Proyectos como Wild Me, puesto en marcha por Microsoft dentro de su estrategia IA for Earth, ayuda a la conservación de especies como las jirafas o los tiburones.
Las identifica gracias a un software de nube empleando algoritmos de visión artificial y machine learning (aprendizaje profundo) en Wildbook, una plataforma capaz de analizar miles de imágenes para identificar especies y animales.
Para entenderlo de forma sencilla, Wildbook funciona a modo de álbum fotográfico donde científicos y aficionados suben imágenes de los animales y los identifican. La Inteligencia Artificial procesa esa información para acabar siendo capaz de reconocer a cada uno por sí mismo con patrones extrapolables a imágenes futuras con las que identificar animales en peligro de extinción.
Algo similar se realiza en Latinoamérica con el software Audiomoth pero esta vez basándose en sonidos. Monitorizan áreas protegidas en todo el continente para determinar dónde y qué especies están en un área concreta.
Es un tipo de rastreo y control muy interesante para lugares aislados que ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Southampton en colaboración con la Nacional Autónoma de México.
Otras tecnologías como los drones, el mapeo o los globos aerostáticos ayudan también a la prevención del daño sobre el planeta.
El ser humano, consciente ya de su huella sobre el mundo en el que vivimos, empieza a tomar partido para reducir su impacto y mejorar la vida en la Tierra gracias al uso de la tecnología.