Más de cinco millones de aves mueren todos los años al impactar contra los cables que cruzan el país. Entidades como la Sociedad Española de Ornitología (SEO) piden que se cambie la ley para evitar esta situación
Un estudio realizado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), financiado por la Fundación MAVA y BirdLife International, sobre el impacto de la colisión de aves en líneas eléctricas apunta a que podrían estar muriendo al menos cinco millones de aves anualmente en España. Este fenómeno es considerado actualmente como una de las mayores amenazas que sufren las aves en Europa y, de hecho, es su primera causa de muerte.
El análisis se ha realizado a lo largo de las principales rutas migratorias de las aves en nuestro país y contempla también la valoración de la eficacia de las medidas que se están implementando para evitar las colisiones.
En otros países donde se han realizado estudios similares los datos son también muy alarmantes. En Holanda se ha estimado que las colisiones podrían causar la muerte de entre medio y un millón de aves anualmente, y en los Estados Unidos se estableció la cifra de decenas de millones de aves cada año. A nivel mundial, podría hablarse de alrededor de mil millones de aves, según otros estudios.
El informe constata que se trata de un problema de conservación de primera magnitud que afecta a las poblaciones de grandes planeadoras, avutardas y sisones, y en general a especies migratorias cuyas rutas están atravesadas por un gran número de cables.
La península ibérica constituye una de las áreas de dispersión y migración de aves más importantes de Europa, con el Estrecho de Gibraltar como una de las rutas más frecuentadas del mundo. El estudio preliminar realizado por SEO/BirdLife incluye un ensayo de modelo predictivo multicriterio para contar con información sobre el terreno de las zonas más peligrosas para las aves en cuanto al riesgo de colisión y electrocución.
El año pasado, otro estudio de la SEO ya alertó de que este problema, a pesar de ser muy conocido por los expertos, queda generalmente subestimado debido a que solo se detecta una pequeña fracción de las aves que mueren por esta causa. En concreto, dicho estudio reveló que el 86% de las aves muertas por colisiones contra cables no son encontradas jamás.
Esto es debido a tres fuentes principales de sesgo: la desaparición de ejemplares muertos por descomposición o eliminación por carroñeros, la detección imperfecta; y la caída de cadáveres fuera de la zona de rastreo.
Desde hace unos años, la plataforma SOS Tendidos Eléctricos, integrada por nueve entidades relacionadas con la conservación de la naturaleza, viene reclamando la modificación sustancial del Real Decreto 1432/2008 que regula la corrección de tendidos para la protección de la avifauna en España al entender que diez años después de su aprobación, está aún muy lejos de su objetivo: solucionar eficazmente el problema de la mortalidad de aves al electrocutarse en los postes o chocar contra los cables de numerosas líneas eléctricas en todo el país.
La principal crítica de la plataforma al citado Real Decreto es que esta normativa reduce las medidas contra las electrocuciones y las colisiones a las llamadas ‘Zonas de Protección’ que las comunidades autónomas deben establecer. «Este reduccionismo geográfico convierte a esta normativa en insuficiente, ya que las aves se mueven por todo el territorio y se electrocutan en cualquier tendido aéreo de cable desnudo», afirmó la bióloga Paz Azkona, portavoz de SOS Tendidos Eléctricos.
Solo ocho comunidades autónomas tienen normativas propias que establecen medidas de protección de la avifauna en todos los tendidos eléctricos y en todo su territorio. “No podemos permitir que en el resto de las comunidades autónomas, sin normativa propia, pueda haber tendidos con diseños peligrosos para las aves fuera de las Zonas de Protección”, según Azkona.
Otra importante carencia del Real Decreto 1432/2008, a juicio de la Plataforma SOS Tendidos, es que no incluya medidas obligatorias de protección en las líneas ya construidas frente al problema de la colisión de aves (tan solo hace recomendaciones de ejecución voluntaria en este apartado). “Se da incluso el caso de que los diseños al tresbolillo promovidos por esta normativa para reducir la mortalidad de la avifauna por electrocución tienen la consecuencia indeseable de aumentar considerablemente el riesgo de colisión”, indica Azkona.
Hacer un comentario