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«Antes de ser mesa fui botella»: la curiosa iniciativa empresarial de economía circular

“Antes de ser mesa, fui botella”. Reciclar envases de plástico para fabricar mesas, sillas y bancos. Es el objetivo de la iniciativa de economía circular que impulsan la naviera Baleària, una de las compañías líderes en España en el transporte marítimo de pasajeros , y la firma gallega de aguas minerales Cabreiroá.

Las dos empresas ya han reciclado más de 7.000 kilogramos de plástico para crear mesas, sillas y bancos destinados a las terrazas exteriores de algunos barcos de la naviera, como el “Abel Matutes” y más recientemente el “Martín i Soler”, que además navegan a gas natural, un combustible más limpio.

La utilización de este material reciclado con aspecto de madera está preparado para resistir 30 años, y ha supuesto también dejar de emitir 13.700 kilos de CO2, según datos de Ecoembes.

La empresa Hijos de Rivera, propietaria de marca Cabreiroá, provee a Baleària de las botellas de agua para consumir a bordo. Una vez utilizados los envases, un proveedor especializado los recicla y los transforma en muebles.

Baleària y Cabreiroá han impulsado esta iniciativa conjunta de economía circular al compartir valores comunes en su compromiso con la sostenibilidad. Ambas firmas han convertido en un eje fundamental de su estrategia colocándose a la vanguardia de sus respectivos sectores por sus esfuerzos para ser más ecoeficientes y generar un impacto positivo en su entorno.

Este proyecto es un ejemplo de colaboración entre dos marcas comprometidas que han unido esfuerzos para dar un importante paso al frente en términos de circularidad y concienciación medioambiental.

Uno de los barcos de Baleària.

Hipólito Rodríguez, director de Servicios a Bordo de la naviera de Denia, explica: “La experiencia inicial con el ferry ‘Abel Matutes’ nos animó a extenderla a otros buques, ya que encaja muy bien con nuestros valores y compromiso con el medio ambiente”.

Emiliano Barelli, director Industrial de Aguas y Sostenibilidad Medioambiental de Hijos de Rivera SAU, señala que se utilizan “los conceptos de ecodiseño para el desarrollo de los embalajes de nuestros productos, lo que ha permitido reciclar y reutilizar sus materiales de modo circular en esta iniciativa entre Baleària y Cabreiroá”.

Un nuevo modelo de negocio más sostenible

El manantial de Cabreiroá ha implementado desde hace años un nuevo modelo de negocio más sostenible y responsable. Para ello, ha ido transformando paulatinamente su organización hacia la economía circular. Lo ha hecho enfocando todos sus esfuerzos en buscar las mejores herramientas para ganar eficiencia, mejorar la circularidad de sus envases y disminuir la huella ambiental de su actividad.

Su proyecto “Origen” es una apuesta decidida por la sostenibilidad que reafirma el enfoque de su negocio hacia el objetivo de generar un impacto positivo en su entorno con medidas como la neutralidad de carbono de sus instalaciones.

También con su compromiso de que el 100% de los envases de Cabreiroá serán ecoenvases antes de final de año, posicionándose como la marca con mayor variedad de formatos sostenibles y circulares del mercado.

Además, la empresa gallega ha anunciado importantes acuerdos con reputadas ONGs medioambientalistas como SEO Birdlife y WWF en el ámbito de la limpieza del entorno natural y de la reforestación.

 

Baleària es líder en el transporte de pasaje, vehículos y mercancías en las conexiones con Baleares. Es, además, la única naviera que tiene rutas interinsulares en las cuatro islas del archipiélago.

La compañía también opera en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y une Canarias con la Península. En el ámbito internacional, ofrece servicios en el norte de África (Marruecos y Argelia) y conecta los Estados Unidos con las Bahamas.

Responsabilidad social y rentabilidad económica

La apuesta de Baleària por las energías limpias y la economía circular responde a criterios de responsabilidad social y rentabilidad económica. Así, la naviera, que es pionera en el uso del gas natural, trabaja para alcanzar el objetivo de cero emisiones mediante proyectos de energía renovable, como el hidrógeno y el gas renovable.

La naviera tiene un plan de inversión de 380 millones de euros en una flota de nueve ferries a gas natural, un combustible que reduce las emisiones a la atmósfera.

Según un informe de Greenpeace,  la creciente producción de plásticos y su uso amenazan con contaminar cada rincón del planeta, especialmente los mares, destino final de muchos de ellos, donde perjudican seriamente la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de las especies que los pueblan.

La terraza de un barco de Baleária, con muebles reciclados.

Pueden encontrarse en las playas, las rocas, flotando en el agua e incluso en las zonas más profundas. Desde el Ártico hasta la Antártida, en zonas pobladas y en islas deshabitadas. Cada año, los mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura.

La situación mundial es dramática, más aún teniendo en cuenta que la producción de plásticos sigue aumentando, y alcanzó los 380 millones de toneladas alrededor del mundo en 2015.

El plástico, enemigo número uno de mares y océanos

Estas cantidades, su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierte al plástico en el enemigo número uno de mares y océanos. Su uso es un problema asociado a los modos de consumo, ya que la mayoría se emplean para envases de un solo uso. España es el quinto mayor productor de plásticos de la UE.

Particularmente perjudiciales resultan los microplásticos, fragmentos inferiores a 5 milñimetros, que pueden surgir de la rotura de trozos grandes o haber sido fabricados directamente así, como es el caso de las microesferas presentes en productos de higiene y limpieza como exfoliantes, pastas de dientes o detergentes.

Se calcula que cada bote de 100 mililitros puede contener entre 130.000 y 2,8 millones de estas diminutas bolas de plástico que llegan al mar a través del desagüe, porque su tamaño tan reducido hace que no queden atrapadas por los filtros de las depuradoras.

Estudios recientes han observado que los animales marinos están ingiriendo estos microplásticos, lo que está provocando bloqueos gastrointestinales y alteraciones en sus patrones de alimentación y reproducción. Pero no se queda ahí el problema: hay evidencias de que se transfieren a lo largo de la cadena alimentaria y llegan hasta el ser humano.

Y aún hay más, porque tanto los microplásticos como los macroplásticos tienen enormes impactos económicos y sociales. La basura acumulada en las playas afecta directamente a un sector turístico dependiente de la buena salud del litoral y el medio marino, mientras que las necesarias labores de limpieza causan enormes desembolsos de dinero público.

Informe de Greenpeace sobre los plásticos: https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/consumismo/plasticos/

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