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¿Por qué están muriendo miles de peces en el Mar Menor?

Una vez más, el Mar Menor salta a los medios de comunicación por sus problemas ecológicos, resultado de una larga historia de degradación ambiental. Los episodios de mortandad de peces, que se iniciaron los pasados días 15 y 16, no han cesado. Este mismo miércoles ha vuelto a reproducirse la situación. Los expertos están divididos: mientras unos afirman que se debe a las altas temperaturas, otros señalan que se debe sobre todo a la gran cantidad de sustancias contaminantes que llegan a las aguas del Mar Menor desde los cultivos circundantes.

El pasado lunes, los arenales de Los Nietos, Mar de Cristal, Los Urrutias y la Cala del Pino amanecían con miles de peces, sepias y pulpos muertos en sus orillas y hasta unos metros agua adentro.

Aparte de demostrar la existencia de un grave problema ambiental, la situación supone también un duro golpe para la industria turística, que ve grandes extensiones de playa impracticables para su disfrute.

La escena recordaba a la gran mortandad ocurrida en el año 2019, cuando millares de peces murieron en el Mar Menor en circunstancias muy parecidas.

Foto: Vicente Vicens

El debate se reabre: ¿es debido al fuerte calor de los últimos días o a la creciente falta de oxígeno de esta laguna?

En declaraciones a La Opinión de Murcia, el investigador y profesor de Ingeniería Química de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPTC) Javier Gilabert descartó que se tratase de una situación similar a la de 2019 y atribuyó esta muerte masiva de peces a las altas temperaturas.

«El Mar Menor está a una temperatura de 30 grados, inusualmente alta. El oxígeno del agua depende de esa temperatura, cuanto más alta, menos oxígeno hay y eso afecta a las especies más pequeñas, que pueden ser más sensibles a las variaciones», afirma.

Gilabert reconoce que el nivel de oxígeno, de 4 miligramos por litro, es bajo, pero insiste en que no se trata de anoxia, ya que de ser así habría afectado a especies de mayor tamaño. También admite que «en algunas zonas puede haber una mayor actividad biológica bacteriana que consume ese oxígeno y deja valores menores. Pero no es la situación que teníamos en 2019. Cuando se ha levantado viento, los valores han mejorado».

«Los organismos están adaptados a cambios de temperatura»

Sin embargo, un comunicado hecho público por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) no descarta ningún factor (ni la temperatura, ni la falta de oxígeno en el agua ni la toxicidad de algún contaminante), pero considera que la mortalidad masiva de los días 15 y 16 podría deberse a “falta de oxígeno tanto en el agua como en el sedimento”.

Aunque la temperatura puede influir en el deterioro del Mar Menor, “los organismos que lo habitan se encuentran especialmente adaptados a los cambios ambientales bruscos y fluctuantes, por lo que resulta difícil que se vean afectados por un leve incremento de temperatura dentro del máximo estival característico de sus aguas”, reza el comunicado.

En cambio, la llegada de nutrientes al agua (por fertilizantes, fecales y otros contaminantes) parece estar en el origen del problema: “La alteración previa que sufre [la zona] por la eutrofización que provoca un exceso de fitoplancton, promovida a su vez por la entrada de nutrientes a través de aguas superficiales o subterráneas, disminuye su capacidad para resistir alteraciones como las que puede provocar el estrés térmico de una ola de calor u otro factor”, señala.

Foto: Agencias

Y es que, cuando la ola de calor ya ha pasado, la situación ha vuelto a repetirse. Ha sido la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) la que ha dado la voz de alarma al denunciar una nueva mortandad de peces este mismo miércoles en las playas de Los Alemanes, Isla del Ciervo y Cala del Pino, en la Manga del Mar Menor.

La entidad afirma que han sido miles los ejemplares de góbidos, chirretes, blénidos, peces aguja, lábridos y cangrejos de laguna y azules los que han muerto en este nuevo caso.

Según el presidente de ANSE, Pedro García, estos episodios de mortalidad de peces podrían continuar durante los próximos días, pues el Mar Menor “sigue recibiendo a día de hoy grandes cantidades de aguas de drenaje de los cultivos intensivos del Campo de Cartagena, cargadas de nitratos”, señala la entidad.

El portavoz de la Plataforma Pacto por el Mar Menor, Ramón Pagán, considera que lo sucedido “son los primeros síntomas de falta de oxígeno en el agua, es decir, de anoxia”. La altas temperaturas, sumadas a la “gran cantidad de nitratos y fertilizantes han generado la proliferación masiva de algas, tanto en el fondo del mar como en la columna de agua”. Dichas algas, agrega, se descomponen y es entonces cuando absorben oxígeno y dan lugar a la anoxia y muerte de los peces.

La ganadería y agricultura intensivas son, según afirma, los principales causantes de la degradación de la laguna. Sin embargo, desde hace décadas este ecosistema está acosado por otros problemas: una deficiente depuración de muchos de los núcleos urbanos que jalonan el litoral de la laguna y que supone el vertido de materia fecal al mar. La proliferación de desaladoras clandestinas y otras agresiones que terminan repercutiendo directamente en el Mar Menor han sido denunciadas también por autoridades y ecologistas.

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Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer Colomar (Ibiza, 1967) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 1988 ha ejercido el periodismo en prensa, radio y televisión en Bilbao, Catalunya y Baleares. Especializado en información ambiental, desde 2019 coordina la sección Crisis Climática en los periódicos de Prensa Ibérica. Desde 2020 dirige Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta.

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