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Los buques del Mediterráneo recortarán en 2025 sus emisiones de azufre

Paso adelante en la preservación de la atmósfera, el mar y la salud humana en el Mediterráneo. Los países firmantes del Convenio de Barcelona han acordado en su última cumbre, celebrada el viernes, defender la creación de un área de control de emisiones (SECA, por sus siglas en inglés) para reducir de forma muy considerable las emisiones de azufre procedentes del sector marítimo, que incluya a todo el Mediterráneo. Se trata de una figura que ya existe en otras partes del mundo, pero no en el Mare Nostrum.

Esta es una propuesta que se planteará en la próxima reunión de la Organización Marítima Internacional que se celebrará a principios de 2022, con la intención de que esta regulación entre en vigor en 2025.

Esta decisión, adoptada en la 22ª Conferencia del Convenio de Barcelona, celebrada en Antalya, Turquía, es para las entidades WWF o Ecologistas en Acción un paso necesario hacia un cambio de rumbo para avanzar hacia una sostenibilidad real.

Cargueros, cruceros turíticos, petroleros y otros grandes buques son los responsables de grandes emisiones de gases contaminantes durante su travesía en alta mar. Pese a que ya se han realizado reducciones en los últimos años, los expertos consideran que deben reducirse más para minimizar sus daños a la salud humana, el medio ambiente y la atmósfera.

Foto: Shutterstock

La creación de un área de control de emisiones para SOx en el Mediterráneo comportaría que el combustible empleado en los buques debería presentar un máximo de un 0,1% de azufre en el fuel utilizado (en lugar del 0,5% que rige desde el año 2020).

En la práctica, la implantación de esta medida supondrá que las refinerías deberían suministrar los buques un nuevo combustible bajo en azufre, mientras que los barcos, por su parte, cuando entren en el Mediterráneo deberán hacer uso de este combustible más limpio o dotarse de dispositivos o filtros para evitar estas emisiones al aire.

Los actuales filtros (‘scrubbers’) que suelen emplear los grandes buques para reducir las emisiones no son considerados una medida adecuada por los expertos. Los ecologistas recuerdan que los residuos generados por esos filtros acaban yendo al mar, provocando una importante contaminación.

María García, portavoz de Ecologistas en Acción, afirma: «Existen 4.000 buques que utilizan scrubbers, el 80% de ciclo abierto. Esto significa que se vierten directamente los contaminantes del aire al mar, con la consiguiente contaminación de los ecosistemas y el peligro para la salud humana. Varios países y puertos ya han restringido el uso de scrubbers y un estudio interno de la propia OMI reconoce el problema. Pedimos que se abandonen falsas soluciones tecnológicas y se prohíba el uso de fueloil pesado».

Se calcula que a nivel mundial se producen 60.000 muertes prematuras al año asociadas con la contaminación del aire de los barcos. En la UE, la contaminación de los buques causa alrededor de 60.000 millones de euros en costes sanitarios anuales. Las emisiones de óxido de azufre (SOx), óxido de nitrógeno (NOx) y partículas ultrafinas (PM2,5) del transporte marítimo son una amenaza significativa para la salud humana, el medio ambiente y el clima.

Foto: Juan Carlos Díaz

En la región mediterránea, las emisiones de los buques contribuyen sustancialmente a los niveles de emisiones ambientales que afectan a  250 millones de residentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los niveles medios anuales en la región a menudo superan sus límites de calidad del aire en más de cinco veces.

Además, alrededor del 70% de las ciudades en los estados litorales mediterráneos están muy por encima de la recomendación de la OMS para los niveles de contaminación por PM2,5.

Las altas concentraciones ambientales de PM2,5 debido a las emisiones de los buques se corresponden perfectamente con las principales rutas marítimas y afectan sobre todo a las zonas costeras.

En ellas se encuentran muchas de las ciudades más densamente pobladas de la región mediterránea, de ahí la gran importancia de la implantación de estas zonas de control de emisiones marítimas.

Para el responsable del programa de océanos de WWF, José Luis García Varas, los países mediterráneos están «empezando, por fin, a responder frente a la urgente crisis» de biodiversidad y climática y al aumento de la contaminación en la región.

Por ello, celebra que se envíe el mensaje de que el Mediterráneo está preparado para cambiar de rumbo y avanzar hacia una sostenibilidad real. «Todo lo que necesitamos ahora es convertir este mensaje en acciones concretas», ha manifestado.

Proteger el 30% de Mediterráneo en 2030

Además, la declaración final de la conferencia incluye el compromiso de los países de proteger de manera conjunta el 30% del Mediterráneo para el 2030 y de hacer frente a la contaminación por plásticos y a reducir la contaminación atmosférica.

Para WWF, el nuevo objetivo y las medidas para proteger el 30% del Mar Mediterráneo para 2030 deben convertirse en un objetivo global de protección del 30% en la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica que tendrá lugar en China en la primavera de 2022.

La ONG reclama que la SECA para el azufre se amplíe también a las emisiones nocivas del nitrógeno para mejorar significativamente la salud de las comunidades costeras mediterráneas y evitar, así, hasta 4.100 muertes prematuras anuales de aquí a 2030.

Foto: getimage

Varas reclama un «cambio profundo» en la toma de decisiones que mejore las condiciones de las comunidades costeras y las haga partícipes de dichas decisiones. «El futuro del mar Mediterráneo solo puede asegurarse si todos los países avanzan en la misma dirección y a la misma velocidad», ha apostillado.

En la misma línea, Ecologistas en Acción celebra las decisiones adoptadas como una «gran victoria» para la salud y el medio ambiente que supondrá la reducción significativa de las emisiones de óxidos de azufre, pero lamenta que «se pierde una gran oportunidad» al dejar de lado el control de las emisiones de óxidos de nitrógeno.

María García este es «un gran paso» para conseguir un aire más limpio en la región pero con un «sentimiento agridulce» por dejar fuera las emisiones nocivas de los óxidos de nitrógeno de los buques.

«La evidencia científica demuestra que solo un área combinada de control de emisiones de azufre y nitrógeno maximizará los beneficios para la salud, los ecosistemas y el clima en todo el Mediterráneo», ha insistido.

Acuerdo íntegro de la Convención de Barcelona (en inglés): https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/2021/12/COP22_ANTALYA_MINISTERIAL_DECLARATION.pdf

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Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer Colomar (Ibiza, 1967) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 1988 ha ejercido el periodismo en prensa, radio y televisión en Bilbao, Catalunya y Baleares. Especializado en información ambiental, desde 2019 coordina la sección Crisis Climática en los periódicos de Prensa Ibérica. Desde 2020 dirige Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta.

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