Verde y Azul

La agricultura necesita un plan

Análisis de Francisco Benedito, CEO Save The Planet Now

La agricultura es la cuarta actividad emisora de gases invernadero con un 9,9% de emisiones, según los datos de la Agencia Europea de Medioambiente. Por ello, debería adaptarse de forma responsable para mejorar la sostenibilidad del planeta reduciendo los efectos negativos que produce, sobre todo, en el agua y la tierra, debido al uso indebido de nitratos, fosfatos y plaguicidas, y a la degradación de la tierra, el exceso de extracción de agua, la salinización y la erosión indebida de los suelos agrícolas.

El uso de pesticidas puede hacerse desde el punto de vista orgánico, pues ya existen varias empresas que lo comercializan en España. A nivel internacional, y dado que evitamos la contaminación de la tierra, evitamos el consumo de productos tóxicos por parte de los consumidores, así como evitamos vertidos y filtraciones a nivel freático en ciertas zonas que contaminan ríos, lagos y océanos. Tanto los gobiernos como los ciudadanos tenemos que empezar a exigir productos con componentes 0% tóxicos, de forma que la industria se adapte y podamos consumir productos agrícolas saludables a un precio justo.

Es un tema de regulación. Prohibiendo todos aquellos productos que no contengan ingredientes naturales/orgánicos, conseguiremos que la industria se centre en su producción, y de esa forma se reduzca su coste, el cual es ahora inasumible para un consumidor medio. Un buen paso actualmente ha sido el detalle de todos los ingredientes existentes en los panes, de forma que el consumo pueda ser más consciente. El consumidor cada vez está más informado y fuerza al agricultor a cambiar su forma de producción. Debemos extenderlo al resto de sectores con información más clara sobre componentes y sus consecuencias.

La emergencia climática se traduce en una reducción del 30% en la disponibilidad de agua en los próximos 50 años

Algunas otras de las pautas que se están empezando a seguir para luchar contra el cambio climático consisten en mantener los restos de cosecha para proteger y nutrir el suelo, realizar la rotación de los cultivos de forma adecuada o llevar a cabo una siembra directa. La reducción del uso de tractores es otra de las alternativas que ayudan a crear un sistema más sostenible económica y ambientalmente.

De esta forma, se logra mitigar los efectos negativos del cambio climático, creando un equilibrio entre lo que se emite y lo que se compensa, y haciendo que la agricultura no afecte a esta crisis a la que nos enfrentamos en la medida que lo hace ahora.

El cambio climático es una realidad de la que, por suerte, la gente cada vez es más consciente y, por ello, está más dispuesta a afrontar cambios en el hábito de consumo y estilo de vida, con el fin de mejorar y revertir esta situación.

Hablamos de una crisis climática que no tendrá vuelta atrás si no actuamos ahora. Nos quedan once escasos años para adaptarnos a nuevos cambios con los que ir equilibrando poco a poco nuestro ecosistema. La ONU ya ha declarado que nos enfrentamos a la sexta extinción masiva de la vida sobre nuestro planeta y esta información no ha pasado desapercibida para la gente. Pero la acción ciudadana no es suficiente, necesitamos que los gobiernos sean conscientes de la necesidad de un cambio, y empiecen a integrar políticas sostenibles y menos contaminantes para que, entre todos, podamos recuperar la estabilidad de la Tierra y sus ecosistemas. Las últimas tragedias ocurridas en el Amazonas e incluso en nuestro país, nos restan muchos puntos a la hora de lograr el objetivo por el que luchamos. Necesitamos ser más colaborativos, involucrarnos e intervenir para no terminar la vida tal y como la conocemos a día de hoy. La Tierra es nuestro hogar, y tenemos que trabajar duro para no destruirla y mejorar nuestra vida sobre ella.

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