Limpia, económica y saludable. Esto último por partida doble. La bicicleta es un medio de transporte sostenible con enormes beneficios tanto para la salud como para el planeta. Y aunque España aún está lejos de países como Dinamarca, Holanda o Alemania, en los últimos años ha dado pasos de gigante en su apuesta por la movilidad a golpe de pedal. La expansión de las dos ruedas ha ido en paralelo a la nueva concepción operada por muchas administraciones locales y autonómicas respecto a los modelos de movilidad urbana. Algo propiciado por los llamados ayuntamientos del cambio, como el de València.
El número de mujeres que se mueve en bici en España ha aumentado un 6% en solo dos años
Unos veinte millones de españoles utilizan la bicicleta con alguna frecuencia, llegando a superar más del 50% de la población. De las grandes urbes con más de medio millón de habitantes, sólo Madrid se sitúa por debajo de esa cifra. Según el Barómetro de 2019, el uso de la bicicleta ha crecido dos puntos respecto a 2017, con un incremento del 8,6% en los desplazamientos cotidianos para ir a estudiar y un 2,2% para ir al trabajo.
Aumento de mujeres
El estudio, elaborado por la Red de Ciudades por la Bicicleta, la Dirección General de Tráfico y la Federación Española de Municipios y Provincias, se lleva a cabo cada dos años. En ese crecimiento detectado por los responsables del sondeo tiene mucho que ver el aumento del número de mujeres que se suben cada año a una bicicleta. Un 43% son ya usuarias, seis puntos más que en 2017. Este medio de locomoción ha sustituido al coche o la moto en más del 40% de los casos en los desplazamientos urbanos cotidianos.
Aunque los ciudadanos de Barcelona y Madrid reconocen que es incómodo el uso de la bicicleta, ello no es óbice para admitir que su uso ahorra tiempo. Sevilla (59,7%), Zaragoza (58,1%) y València (55,77%) son algunas de las urbes donde se aprecia una ligera mayor proporción de usuarios, por delante de la ciudad condal (51%) y la capital de España (47%). La salud, la ecología y una menor contaminación de la atmósfera son algunas de las principales ventajas que señalan los encuestados para preferir la bicicleta al coche o a la motocicleta.
Tal como se destacaba en la presentación del Barómetro, el nuevo gobierno tiene entre sus retos que la educación vial reglada llegue a colegios e institutos, así como la descentralización de políticas de la bicicleta para trabajar con las comunidades autónomas y municipios. Antoni Poveda, presidente de la Red de Ciudades por la Bicicleta, señalaba entonces que este medio de transporte va a tener bastante peso en las políticas de movilidad en los próximos cuatro años. Entre las grandes ciudades, Sevilla y València destacan como las más amables y seguras para la bici.
Sevilla y València figuran entre las ciudades más amables y seguras para desplazarse sobre dos ruedas, afirman los usuarios
Entre las reclamaciones más frecuentes figuran que las comunidades de vecinos deberían habilitar un espacio dedicado al aparcamiento de las bicicletas, que éstas se puedan subir al transporte público o que existan aparcamientos en las estaciones y paradas de autobuses, metro o tren.
Proyectos y resultados
Oviedo es de las ciudades que ha aparcado sus reticencias y proyecta una red de carriles bici de más de cuarenta kilómetros «teniendo en cuenta los desplazamientos que los ovetenses realizan con mayor frecuencia con vehículo privado». La intención no es otra que ofrecer alternativas al vehículo privado, reduciendo la congestión del casco urbano y disminuyendo la contaminación.
València es una de las ciudades donde el uso de la bicicleta se ha disparado desde que en 2015 Compromís, PSPV y Podem apartaran del gobierno municipal al Partido Popular. Además de cambiar el nombre a la antigua concejalía de Circulación y Transporte, rebautizándola como de Mobilitat Sostenible, el edil Giuseppe Grezzi ha hecho bandera de la bicicleta. «Proporciona una movilidad equitativa y equilibrada a las ciudades. Tiene gran cantidad de beneficios para las personas que la usan y para toda la ciudad», destaca Grezzi.
Dos años después de la puesta en marcha del anillo ciclista en València el uso de bicis y patinetes se ha disparado y el de coches ha bajado por la ronda interior. El crecimiento de la movilidad sostenible, como ya ha ocurrido en otras urbes, se ha visto acompañada de una reducción del tráfico motorizado en un 10 % de media en las vías que engloban la ronda interior: Blanquerías-Conde de Trénor-Plaza de Tetuán, Colón, Xàtiva y Guillem de Castro (destaca la bajada en Colón de un 17,3 % y en Xàtiva del 14,3 %).
Sólo el año pasado València ciudad registró 28.000 desplazamientos diarios más en bicicleta y patinete que hace un año. De hecho, el uso de los modos sostenibles ha aumentado un 28,7% en toda la ciudad y el anillo ciclista, continúa siendo la infraestructura más utilizada, con un crecimiento del 43,7 %. Todo un síntoma.
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