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Nuevas técnicas para reducir los antibióticos en purines de ganadería

A partir de enero de 2022 la UE obligará a restringir el uso de antibióticos veterinarios en las explotaciones de ganadería de toda Europa. Sin embargo, un grupo de científicos catalanes acaba de descubrir varias técnicas que permiten reducir considerablemente la presencia de residuos farmacológicos en las heces del ganado, los purines, que son causa de contaminación medioambiental.

La eficacia de las tecnologías instaladas en las plantas de tratamiento de deyecciones ganaderas (purines y basuras) para eliminar o concentrar nutrientes y para generar fertilizantes orgánicos de elevado valor agrícola ha quedado ya ampliamente demostrada. Sin embargo, la información sobre la capacidad de estos sistemas para reducir la concentración otros contaminantes, como es el caso de los fármacos y los antibióticos de origen veterinario, es muy limitada. En parte, esa falta de información se debe al hecho que la normativa nacional no fija las cantidades máximas permitidas para estos contaminantes emergentes.

Ante esta situación, la Unión Europea ha propuesto tomar algunas medidas, dentro del marco del Plan de Acción de la Contaminación Cero de la UE, como la entrada en vigor del reglamento de medicamentos veterinarios y piensos medicamentosos. Esta normativa pretende reducir el consumo de antibióticos veterinarios y restringir otros para el consumo humano. Así, a partir del 28 de enero de 2022 será obligatoria la farmacovigilancia de antibióticos veterinarios y se revisarán las normas relativas a sus riesgos para el medio ambiente.

Cerdos rodeados de purines. Foto: Coag

En este contexto, el Centro Tecnológico BETA de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC) y el Institut Català d’Investigació de l’Aigua (ICRA) acaban de presentar una guía técnica que recoge los resultados de un estudio sobre la presencia de fármacos y antibióticos de uso veterinario en deyecciones ganaderas.

La guía también hace recomendaciones para reducir estos contaminantes con las tecnologías actuales y evitar que la utilización de purines no suponga un riesgo para el medio ambiente, la salud animal, y la salud pública.

Según Meritxell Gros, investigadora del ICRA, «el estudio confirma que, a pesar de las mejoras que en los últimos años se han introducido en el sector ganadero, las concentraciones de fármacos y antibióticos en purines de cerdo y estiércol de vaca son remarcables, de hasta mg/L en fracciones líquidas y de mg/kg en las sólidas».

Estas concentraciones son más altas en purines porcinos. Los compuestos detectados con más frecuencia son los antibióticos del grupo de las tetraciclinos, fluoroquinolones, macrólidos, lincosamidas y tiamulina, que se utilizan para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales y respiratorias, junto con el flubendazol, un fármaco para tratar los parásitos intestinales, y el anti-inlamatorio flunixina.

Cuatro tecnologías consolidadas

El estudio realizado por el consorcio formado por el CT BETA y el ICRA se centra precisamente al evaluar la eficacia de cuatro tecnologías consolidadas para reducir la presencia de fármacos, antibióticos y genes de resistencia a los antibióticos en purines de origen porcino y vacuno.

Una de estas tecnologías es la separación de fases, que consiste en separar la fracción líquida y sólida de los purines. Otra técnica es la digestión anaerobia, para degradar la materia orgánica, producir biogás para generar energía y un digestado sólido que se puede emplear como bio-fertilizante.

Separador sólidos de excrementos de vaca. Foto: Uvic

La tercera tecnología evaluada es la nitrificación-desnitrificación, que permite reducir las concentraciones de nitrógeno y materia orgánica de las fracciones líquidas de purines. Y, en cuarto lugar, se ha estudiado el compostaje, para reducir la materia orgánica biodegradable de la fracción sólida y obtener un producto con un elevado contenido de nutrientes que pueda ser valorizado como bio-fertilizante a la agricultura.

Asimismo, se ha analizado un tratamiento innovador, la ósmosis inversa, que concentra sales y nutrientes y obtiene una corriente líquida con un bajo contenido en sólidos, materia coloidal, iones, fármacos y antibióticos.

Resultados esperanzadores

«Los resultados de los casos de estudio demuestran que, aunque las tecnologías para el tratamiento de deyecciones ganaderas estudiadas hayan sido diseñadas para la concentración o eliminación de nutrientes, estas también pueden ser útiles para la reducción de la concentración de fármacos y antibióticos de origen veterinario«, explica Lidia Tabicas, investigadora del CT BETA.

En la investigación se comprobó que, durante la etapa de ósmosis, la eliminación de fármacos y antibióticos era alta (más del 90%); en el compostaje, los porcentajes de eliminación eran moderados-altos (más del 70%); durante la nitrificación-desnitrificación eran moderados (entre el 40% y el 80%) y con la digestión anaerobia eran moderados-bajos (10-60%, con algunas excepciones de compuestos con eliminaciones altas).

En segundo lugar, la investigación determina que los tratamientos basados en el proceso de nitrificación-desnitrificación (NDN), que se utilizan para eliminar nitrógeno de las fracciones líquidas de los purines, también son particularmente eficientes para la reducción de fármacos y antibióticos en fracciones líquidas.

Proceso de compostaje de purines. Foto: Uvic

Una tercera conclusión apunta al hecho que los sistemas de digestión anaerobia (DA) presentan, de forma general, rendimientos de eliminación de fármacos y antibióticos bajos y, por lo tanto, se recomienda la aplicación de sistemas complementarios de postratamiento.

Finalmente, el estudio también concluye que el compostaje es la opción preferente para tratar la fracción sólida de purines y basuras y los lodos deshidratados del proceso de NDN, porque esta tecnología presenta un alto rendimiento para reducir la concentración de fármacos y antibióticos. Este punto es de especial interés, puesto que la mayor parte de los fármacos y antibióticos se concentran en esta fracción.

«Tal como apunta el estudio, el potencial de aplicabilidad de estas tecnologías es muy elevado en Cataluña, donde hay más de 20.000 explotaciones ganaderas. En el diseño de nuevas plantas de tratamiento de purines sería conveniente que se tuvieran en cuenta los resultados de esta investigación», apunta Tabiques.

Las nuevas plantas tendrían que incluir, además de la eliminación de nutrientes, la reducción y la eliminación de fármacos, de antibióticos y de genes de resistencia a los antibióticos.

Enlace para descargar la guía: https://drive.google.com/file/d/107q8MnjBc9GLN4i-yP36gNQXAvVhfrHJ/view

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Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer Colomar (Ibiza, 1967) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 1988 ha ejercido el periodismo en prensa, radio y televisión en Bilbao, Catalunya y Baleares. Especializado en información ambiental, desde 2019 coordina la sección Crisis Climática en los periódicos de Prensa Ibérica. Desde 2020 dirige Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta.

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