El modelo tradicional de tenencia de vehículos decaerá. Un coche reluciente en el garaje puede ser un símbolo de estatus, pero en realidad se encuentra aparcado el 97% del tiempo. Esto no tiene mucho sentido cuando consideramos que el costo de depreciación, seguros, combustible e impuestos en España supera los 600 € mensuales.
La movilidad inteligente plantea una nueva relación con los vehículos que puede reducir drásticamente el número de coches en las calles y mitigar las consecuencias asociadas a este modo de transporte.
La movilidad inteligente describe cómo la infraestructura de transporte que hará uso de nuevos servicios relacionados con la digitalización, automatización, dispositivos móviles, open data, comunicaciones inalámbricas y la internet de las cosas.
Este fenómeno implica desde tarjetas inteligentes para el transporte público hasta vehículos autónomos. Un informe de 2016 estima que el mercado global en movilidad inteligente crecerá de 165 000 millones de euros anuales a más de 1 000 para el 2025.
Muchos tratan de aprovechar esta oportunidad: aplicaciones de viajes compartidos; iniciativas de bicicletas, patinetes y vehículos compartidos; prototipos de servicios de entrega por drones; automóviles sin conductor o servicios de buses con recolección de pasajeros bajo solicitud. Todos ellos son parte de la escena en este mercado en desarrollo, promoviendo un cambio a la realidad actual que hemos creado basado en el uso de automóviles particulares.
Los datos de la fundación RAC, un grupo de aseguradoras británicas, nos muestran que el automóvil promedio se encuentra aparcado en casa el 80% del tiempo, en otros lugares el 16%, y que se encuentra en movimiento tan solo el 4% del tiempo. Los datos son similares a los encontrados por Ecologistas en Acción para el caso español. Este nivel de ineficiencia es lo que tiene a los expertos tan emocionados.
Ventajas de los coches autónomos
Podríamos preguntarnos por qué el progreso ha sido tan lento cuando la necesidad es tan clara. La respuesta se encuentra en la inercia generada por la forma previamente establecida de hacer las cosas. Puede que aquellos que toman las decisiones en el transporte hayan tenido experiencias más favorables en el uso del automóvil que las familias promedio que ven el vehículo como una necesidad más que como un elemento de lujo.
El caso del Reino Unido nos muestra que más de tres cuartos de los nuevos automóviles están siendo comprados bajo el modelo de personal contract purchase (PCP), donde el firmante paga mensualmente por el vehículo, pero no es su propietario. Esto puede ser una muestra de que la tenencia de un vehículo particular y el estatus social ya no están tan relacionadas.
La puerta está entreabierta, pero ¿por qué no lo está completamente? Los vehículos con un nivel de autonomía grado 5, donde no es necesario conductor en ningún momento, estarán disponibles en las siguientes décadas. Podrían permitir llevar entre 5 y 12 pasajeros en el espacio que ocupa un todoterreno ligero actualmente.
Las implicaciones para el transporte público y privado son enormes. Los actuales usuarios de autobuses y metros podrán ser recogidos y llevados a su destino si comparten un vehículo autónomo a un coste más barato que un taxi. Esto nos hace reflexionar sobre si estarán dispuestos a continuar usando el transporte público tradicional.
Aquellos que desean vehículos particulares también tendrán que evaluar si desean adquirir un vehículo que estará la mayor parte del tiempo en un garaje, o si optan por no incurrir en este gran gasto y pagar una tarifa acorde al uso del vehículo y el número de acompañantes.
Desde el punto de vista del uso de la infraestructura pública, la cantidad de pasajeros que puede soportar un carril de automóviles pasará de un rango de 2 000-3 000 pasajeros por hora, cuando se usa con el modelo actual y una tasa de ocupación promedio de 1,5 pasajeros por vehículo, a más de 8 000 pasajeros por hora. Esta ampliación de capacidad vendrá acompañada de reducción en emisiones, demoras por tráfico y accidentalidad por errores humanos. Esto podrá tener un impacto en los impuestos que deban pagar aquellos que deseen no compartir coche.
Obstáculos
Actualmente existen una gran cantidad de barreras tecnológicas, regulatorias y de mercado para llegar al escenario anteriormente propuesto. Si bien las predicciones más optimistas esperan una amplia adopción para la década del 2030, otras proyecciones plantean una alta penetración en el mercado para las décadas del 2050 o 2060.
La movilidad inteligente se acerca rápidamente, pero las capacidades de la tecnología superan ampliamente nuestra capacidad para diseñar sistemas de transporte que las adopten entendiendo a su potencial, desventajas, y las necesidades en políticas para promover los grandes cambios que pueden traer.
Los posibles beneficios son enormes. Podrán ayudar a los Gobiernos a resolver las problemáticas del cambio climático, el agotamiento de las fuentes de energía, y el crecimiento urbanístico. También podrá brindar transporte de calidad y con un alto grado de accesibilidad a una población con mayor envejecimiento demográfico y a las personas en condición de discapacidad, a quienes nuestro sistema actual poco ofrece. Edward Deming, el gran gurú de la calidad, dijo: “Un mal sistema vencerá a una buena persona siempre”.
Enlace al artículo original (en ingles): https://theconversation.com/the-coming-transport-revolution-could-deal-a-death-blow-to-car-ownership-85547
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