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«Los parques eólicos matan hasta 200.000 murciélagos al año en España»

Cada año mueren en España entre 100.000 y 200.000 murciélagos por las aspas de los aerogeneradores de los parques eólicos, según ha revelado el presidente de la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos (SECEMU), Juan Tomás Alcalde.

En una entrevista concedida a la agencia Efe, Tomás Alcalde, que es doctor en Ciencias Biológicas, califica de “preocupante” que haya cifras medias de entre 4 y 11 quirópteros muertos por aerogenerador y año.

El biólogo, que se dedica a estudiar las poblaciones y migraciones de estos mamíferos, destaca que la baja tasa de reproducción de la especie, “en torno a una cría al año”, está haciendo que la población “disminuya descaradamente y no hay forma de que puedan reponer una mortalidad tan grande”.

Tomás Alcalde recalca, además, que el seguimiento de la mortalidad de murciélagos y aves que se hace en varios parques eólicos de España no refleja el “elevado impacto” de los aerogeneradores en la fauna.

A veces se hacen mal los estudios, se dice que no se encuentran cadáveres, y así se argumenta que el impacto es pequeño, porque no hay murciélagos”, denuncia Tomás Alcalde, que además trabaja en proyectos de conservación de poblaciones de murciélagos, colocación y revisión de cajas-refugio y estudios del impacto de parques eólicos sobre estos mamíferos.

En el último año, la asociación ha analizado unos 140 estudios de impacto ambiental de parques eólicos y “menos de 10 tenían estudios serios de murciélagos; los otros 130, o no tienen o tienen estudios ridículos”, apunta este especialista.

Según el presidente de la SECEMU, la principal muerte de los murciélagos la causa el impacto de las aspas, cuyas puntas alcanzan una velocidad “normal” de unos 200 kilómetros por hora con un movimiento circular.

“Como los murciélagos nunca antes han convivido con algo que se mueva a esas velocidades, no saben calcular las distancias de algo que va tan rápido”, afirma Tomás Alcalde, que puntualiza que, no obstante, la mitad de los quirópteros muere sin que les toquen las aspas. Fallecen por “barotraumas”, es decir, cambios bruscos de presión provocados por las aspas.

Según este experto, cuando se hace las autopsias de los cadáveres de los murciélagos que se recogen de los parques eólicos, alrededor de la mitad no tiene ningún hueso roto, aunque son animales “muy delicados”.

La muerte se produce por una hemorragia interna en los pulmones o en la cavidad abdominal causada por un barotrauma, ocasionado por un cambio de presión muy brusco cuando se acercan a las palas del aerogenerador.

La tercera razón es que se sienten “atraídos” por los aerogeneradores y curiosean a su alrededor porque es “algo que destaca en el paisaje”, como un árbol grande, elemento que consideran “valioso”.

Por ello, desde SECEMU piden a la administración y a los promotores eólicos que hagan bien los estudios de impacto ambiental, porque ahora son un “desastre con mayúsculas, que están lejísimos de las directrices” europeas, denuncia.

Trece especies en peligro de extinción

Ha recordado que actualmente hay trece especies de murciélagos en peligro de extinción, por lo que es necesario aplicar medidas correctoras para reducir su mortalidad, sobre todo en agosto, septiembre y octubre, que son los meses en que se produce entre el 85% y el 95 % de las muertes de murciélagos, porque es cuando los quirópteros están en celo, con una “actividad muy frenética” y mucha hambre, porque tienen que almacenar energía y grasa para pasar el invierno.

“Solo con eso nos evitaríamos un 80% o 85 % de las muertes de los murciélagos, y eso son decenas de miles”, subraya.

A base de hacer seguimiento de parques eólicos, los biólogos de la asociación han observado que la mayoría de los murciélagos muere en noches con vientos flojos, cuando el aerogenerador gira “despacio”, a bajas velocidades, de entre 80 o 90 kilómetros por hora, “suficiente para que les produzca un golpe o un barotrauma”.

“Las medidas que pedimos son una muy pequeña pérdida de beneficio para las empresas”, concluye Tomás.

Campaña contra nuevos parques eólicos en el Cantábrico

Por otra parte, continúan las muestras de rechazo a los grandes parques eólicos en España. ‘No a las megainstalaciones eólicas’ es el grito de guerra de un grupo de activistas que han decidido unir esfuerzos para frenar la “invasión” de macroparques eólicos en las comunidades del Cantábrico.

Reconocen que es “urgente”e “ineludible” una transición energética hacia un modelo basado en energías renovables, pero exigen que sea “justa con las personas, la biodiversidad y el paisaje”. Y consideran que la “industrialización eólica” que se está viviendo en el norte de España se aleja “completamente” de ese modelo y representan “una amenaza cierta para los últimos espacios vírgenes”.

La iniciativa parte de seis organizaciones ambientales que han creado el Fondo para la Defensa Jurídica de la Cordillera Cantábrica y han lanzado una campaña de crowdfunding para emprender iniciativas jurídicas, al considerar que es “la única herramienta ante las amenazas de un modelo injusto y devastador”.

“Ya sea por falta de voluntad política, por incapacidad, o por ambas, la implantación de las renovables en general y las eólicas en particular carecen de evaluación ambiental adecuada, y de control público”, denuncian los impulsores del Fondo, que añaden que ante esta situación “nos queda recurrir a la justicia”.

La idea es que un equipo de especialistas ponga en marcha distintas actuaciones jurídicas, dé asistencia técnica y legal a colectivos y a entidades afectadas por estos proyectos, y construya una biblioteca online de acceso libre con recursos legales, bibliográficos y cartográficos para facilitar la participación ciudadana. El colectivo cuenta con el respaldo de equipos técnicos y jurídicos.

La campaña de crowdfunding, que se desarrolla a través de microdearena.org persigue recaudar 40.500 euros. La fecha tope es el 5 de junio, cuando se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. De momento ya han recibido casi 30.000 euros por parte de cerca de 600 donantes.

El objetivo de la campaña es la dotación de un fondo económico para promover acciones legales en defensa de la biodiversidad y del paisaje de la Cordillera Cantábrica y su entorno frente a la avalancha de megaproyectos de energía eólica, mediante tres estrategias.

En primer lugar, impulsar acciones legales en el ámbito judicial europeo, estatal y autonómico contra las actuaciones de las administraciones públicas y contra la normativa sectorial que soslayen la planificación y ordenación territorial previas o que contravengan el tratado internacional que regula los derechos de participación ciudadana en relación con el medio ambiente.

En segundo término, ayudar en las acciones legales y de movilización ciudadana de diferentes colectivos, asociaciones y comunidades locales que persigan los mismos fines de defensa de la biodiversidad y del paisaje.

Finalmente, se quiere crear una base de conocimiento de acceso público mediante herramientas de difusión documental.

380 proyectos tramitándose en el Cantábrico

Para percatarse de la magnitud del problema, los impulsores del Fondo explican que en la Cordillera Cantábrica y su entorno existen actualmente 433 complejos eólicos (8.377 aerogeneradores), a los que se suman otros 380 proyectos en tramitación (datos a 20 de abril de 2021), con más de 3 000 turbinas de nueva generación, “con mayor impacto sobre la biodiversidad y el paisaje por su gran tamaño y la necesidad de grandes infraestructuras asociadas, como líneas eléctricas y pistas de acceso”.

“La falta de ordenación territorial se traduce en que el 51% de los aerogeneradores activos y en proyecto se sitúan a menos de 2 kilómetros de reservas de la biosfera o espacios de la Red Natura 2000; un 23% se encuentran en el interior de las reservas de la biosfera, y un 15% están dentro de espacios Red Natura 2000”, alerta el colectivo.

“El actual modelo de implantación eólica, condicionado por la presión de los consorcios promotores, amenaza con transformar los espacios más agrestes de las montañas con kilómetros de enormes pistas de acceso, zanjas, conducciones y descomunales aerogeneradores”, añaden los impulsores del Fondo.

En la actualidad se están recogiendo firmas y alegaciones en la zona cantábrica para frenar parques eólicos en lugares como la comarca del Bierzo (León), A Estrada, sierra de Groba y monte Galiñeiro (Pontevedra), Matallana de Torío, Valdepiélago, Valdelugueros y Cármenes (Montaña Central Leonesa), monte do Gato (La Coruña), Arredondo, Entrambasaguas, Solórzano, Ruesga, Riotuerto y Miera (Cantabria), Trevinca (Orense) y en el occidente de Asturias.

Las seis organizaciones ambientales que se han unido contra la “industrialización eólica” en la Cordillera Cantábrica son: Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica (PDCC), Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (ADEGA), Plataforma Bierzo Aire Limpio, Mesa Eólica Merindades de Burgos, Plataforma para la Defensa de los Valles Pasiegos (PDVP) y Sociedade Galega de Ornitoloxía (SGO).

Página web de la campaña de crowdfunding: https://www.migranodearena.org/reto/fondo-para-la-defensa-de-la-cordillera-cantabrica

Información detallada sobre el proyecto: https://fdjcc.org/es/

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Ramón Díaz

Ramón Díaz Alonso (Llanes, Asturias; 1962). Trabaja desde 1990 en La Nueva España, primero como corresponsal en la comarca oriental de Asturias, después como responsable de la edición del oriente de Asturias y desde 2017 en la sección de Asturias, especializado en información política, de infraestructuras y ambiental. Colabora desde enero de 2021 con Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta. Es coautor de varias publicaciones de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET).

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