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Hielo perenne del Ártico es arrastrado a aguas cálidas por el viento

El Océano Ártico sigue cambiando a gran velocidad. Ahora se ha descubierto que el pasado invierno grandes masas de hielo marino ‘perenne’, es decir, el más resistente y duradero, han sido arrastradas por fuertes vientos hacia agua más cálidas, donde podrían derretirse estos días.

El hielo ártico antiguo (también llamado ‘perenne’) es hielo que ha sobrevivido al menos un verano. Es más grueso que el hielo nuevo, menos propenso a derretirse y ayuda a mantener fría la Tierra en verano al reflejar la luz solar. También es una parte vital del hábitat de animales como los osos polares y las focas.

Sin embargo, la cobertura de ese hielo perenne se ha reducido en alrededor del 50% desde 1984 y actualmente se encuentra en su extensión más baja registrada para esta época del año. Pero la situación se está agravando.

Un nuevo estudio, del University College London y publicado en la revista Nature Communications Earth and Environment, asegura que los vientos que soplan persistentemente en el sentido de las agujas del reloj durante la mayor parte del invierno arrastraron el 8% de todo el depósito de hielo perenne del Ártico hacia el mar de Beaufort, una región situada más al sur donde dos tercios del hielo presente se derriten en el verano.

Casi una cuarta parte del hielo perenne

Esto supone que casi una cuarta parte (23,5%) del hielo perenne del Ártico se ha desplazado estos años a regiones propensas a derretir esas masas heladas. Ese 23,5% representa la proporción más elevada desde que comenzaron los registros, en 1989.

Foto: Pixhere

Robbie Mallett, el estudiante de doctorado que ha dirigido el estudio del University College London, ha señalado en un comunicado: «A mediados de febrero, vimos que un fuerte sistema meteorológico hacía girar literalmente el hielo marino del Ártico. Cuando miramos con más detalle, vimos que el hielo más antiguo estaba saliendo de la ‘zona de supervivencia’, el área donde el hielo aún puede sobrevivir a la temporada de deshielo del verano».

Por su parte, la profesora Julienne Stroeve, coautora del estudio, ha indicado que «dado que el hielo perenne tiende a ser más grueso y es más resistente a derretirse durante el verano, la pérdida de este hielo elimina la capa de hielo reflectante del océano, permitiendo que absorba más calor y luz, lo que a su vez derrite más hielo y calienta el planeta».

Los vientos persistentes en el sentido de las agujas del reloj que hacen girar el hielo marino del Ártico están relacionados con un debilitamiento del vórtice polar, una circulación de vientos fríos en las capas altas de la atmósfera ártica.

Este debilitamiento provoca que el clima frío se desplace hacia el sur, lo que generó que las temperaturas de Gran Bretaña cayeran a su nivel más bajo desde 1995.

En el estudio, los investigadores analizaron datos meteorológicos junto con mapas derivados de satélites que mostraban el grosor del hielo marino, cómo se movía y la cobertura del hielo perenne frente al del primer año, a lo largo de los meses de diciembre, enero y febrero.

Para caracterizar los vientos sobre el hielo marino, los investigadores analizaron los datos meteorológicos producidos por una supercomputadora operada por el Centro Europeo de Pronóstico del Tiempo a Medio Plazo en Gran Bretaña.

Foto: Shutterstock

Para investigar la respuesta del hielo marino, los investigadores observaron mapas de hielo perenne producidos por el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo en Boulder, Colorado, a partir de datos obtenidos por satélites. Estos instrumentos distinguen entre el hielo de primer año y el hielo perenne, así como el mar abierto, midiendo la energía de microondas emitida desde sus respectivas superficies.

Usando datos generados por la misión CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea, descubrieron que el movimiento de hielo más antiguo y más grueso hacia regiones propensas a derretirse contribuyó a un mínimo histórico en el espesor del hielo que queda en la ‘zona de supervivencia’ del océano Ártico.

Peor que en 2017

Además de ser ahora más delgado, el hielo perenne representa una proporción muy disminuida del total de la región ártica: su cobertura era baja a principios de año y ahora se encuentra en la extensión más pequeña jamás vista en esta época del año, batiendo un récord anterior de 2017.

«El invierno pasado las cosas empezaron mal y luego empeoraron», ha señalado Mallett. «La temporada de crecimiento invernal del hielo empezó muy tarde, fenómeno del que no se recuperó totalmente. Y ahora tenemos una capa de hielo perenne precariamente posicionada en los meses más calurosos del Artico. Si este hielo se derrite antes de septiembre, desaparecerá».

La profesora Stroeve descubrió en un estudio anterior que cuando el hielo perenne se mueve hacia el sur del mar de Beaufort, gran parte de ese hielo se acaba derritiendo al verano siguiente.

Estudio de referencia: https://www.nature.com/articles/s43247-021-00221-8

Comunicado del director del estudio: https://www.ucl.ac.uk/news/2021/jul/winter-winds-blow-arctic-sea-ice-melt-zone

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Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer Colomar (Ibiza, 1967) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 1988 ha ejercido el periodismo en prensa, radio y televisión en Bilbao, Catalunya y Baleares. Especializado en información ambiental, desde 2019 coordina la sección Crisis Climática en los periódicos de Prensa Ibérica. Desde 2020 dirige Verde y Azul, el canal de medio ambiente de Prensa Ibérica y Grupo Zeta.

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