Del mismo modo que el personaje bíblico creó una gran embarcación para salvar a los animales de la Tierra frente al diluvio universal, también la ciencia está creando un creciente número de ‘Arcas de Noé’ para mantener a salvo plantas y animales cuyos hábitats están desapareciendo por culpa del calentamiento global.
El cambio climático llevará a la extinción sin remedio de millares de especies de flora y fauna. La incapacidad de la mayoría de ellas para adaptarse a la nueva y cambiante realidad climática provocará que la diversidad biológica de muchos países acabe por desaparecer, frente a unos pocos organismos que lograrán adaptarse con éxito.
Esto conllevará, como ya han advertido los científicos en diversas ocasiones, a la pérdida (por ‘efecto dominó’) de la biodiversidad en el mundo, lo que tendrá repercusiones en nuestro entorno directo y podría provocar incluso que se acreciente el calentamiento global.
La última baza en la supervivencia de estas especies es la ayuda del ser humano que, al igual que en el episodio bíblico, podría crear una gran ‘Arca de Noé’ en la que preservar los organismos con mayor riesgo de desaparecer a corto plazo. En vez de una gran embarcación, los científicos están poniendo en marcha bancos de semillas o de ejemplares de animales donde preservarlos en un ambiente seguro.
Se trata de una iniciativa que está dejando de ser una fantasía para tener cada vez más aceptación entre biólogos y ecólogos, pese a que hace tan solo unos años se concebía como una auténtica ‘herejía’.
En todo el mundo hay distintos lugares en que estas ‘Arcas de Noé’ se están materializando de diferentes maneras, aunque aún de manera marginal, dado que siguen existiendo detractores de esta medida.
Un lugar donde se está desarrollando una de estas iniciativas es California (EEUU). Allí se han identificado decenas de especies en peligro potencial, muchas de ellas icónicas, como el salmón chinook, las secuoyas gigantes o las tortugas del desierto.
Con motivo de la emergencia climática que atraviesa el estado, los biólogos estatales y federales, centros de investigación, organizaciones de conservación y zoológicos se han apresurado a poner a salvo las especies más amenazadas mediante una audaz campaña de traslados, programas de cría en cautividad y bancos de semillas.
Las sequías y los incendios se han convertido en el pan nuestro de cada día, y hay lugares que tienen visos de no volver a ser nunca los mismos. La cuenca del río Amargosa, al este del Parque Nacional Death Valley, era uno de los lugares más ricos en lo que a diversidad se refiere.
Ese humedal fangoso estaba salpicado de millones de ejemplares de una hierba carnosa endémica de este lugar, conocida científicamente como Nitrophila mohavensis. Hoy en día, la extensión de la especie ha disminuido a menos de 150.000 ejemplares y la mayoría de aquellas que aún consiguen brotar, lo hacen sin semillas viables debido al estrés provocado por la falta de lluvia, el aumento de temperatura y la pérdida de agua subterránea.
Así, las científicas encargadas del Jardín Botánico Rancho de Santa Ana, ubicado en Claremont, California, han decidido recoger algunas de esas semillas para conservarlas en un lugar seguro. La bióloga Naomi Fraga, en el transcurso de cuatro expediciones, ha logrado recolectar 133 semillas, pero espera tener hasta 3.000 en el banco.
En México, el proyecto Climate Blockchain Initiatives quiere conservar la barrera de coral Mesoamericana, que está sufriendo el síndrome del blanqueamiento, que puede estar producido tanto por elementos tóxicos que las algas expulsan durante las olas de calor o por la aparición de bacterias.
Para ello han puesto en marcha una iniciativa consistente en recoger y conservar mediante técnicas avanzadas de criogenización las diferentes especies de corales de la Costa Mesoamericana para replantarlas de nuevo, una vez que el ‘síndrome blanco’ sea erradicado.
También está sucediendo en Australia, donde la pequeña tortuga de pantano occidental (Pseudemydura umbrina) sufre grandes problemas. Está casi extinguida y su hogar está desapareciendo debido al cambio climático. Así que, para evitar la extinción del reptil, los científicos de la Universidad de Australia Occidental reubicaron alrededor de una docena de tortugas criadas en cautividad en agosto de 2016.
Lo hicieron en dos sitios al norte y sur de Perth (capital del estado de Australia Occidental), a unos 250 kilómetros del rango de distribución conocido de la especie, que esperan que en 50 años tenga las condiciones óptimas para su hogar, dado que aún es algo frío.
También en España: Tenerife
Una iniciativa similar se está llevando a cabo en España, concretamente en el Parque Nacional del Teide, en Tenerife. Este lugar del Archipiélago canario cuenta con una enorme biodiversidad (212 especies de plantas, de las que 58 son endemismos).
Sin embargo, también es el lugar de toda Canarias donde más se está dejando notar el cambio climático. De hecho, si de media la temperatura de las islas ha aumentado un grado en las últimas décadas, en el Parque Nacional del Teide este aumento es ya de 1,8 grados, según su jefe de conservación, José Luis Martín Esquivel.
De hecho, actualmente tres especies se encuentran en peligro de extinción y 12 en situación vulnerable, según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Esto ha obligado a los científicos del Parque a replantar algunas especies vegetales desde el lugar más seco del mismo (ubicado en el sur) hasta el más húmedo (norte), con el fin de conservarlas a largo plazo a través de lo que se conoce como “colonización asistida”.
“Es una técnica que hace tan solo 20 años se consideraría una herejía”, como señala Martín Esquivel. Y es que esta técnica genera controversia porque, aunque el traslado de poblaciones amenazadas es común, en especies que aún no lo están, no lo es tanto.
Sin embargo, Martín Esquivel cree que, tal y como están evolucionando las cosas actualmente, es una práctica que se acabará extendiendo a toda Canarias.
Documentos de referencia:
https://phys.org/news/2021-08-california-noah-ark-wildlife-extinction.html
https://www.saveplanetnow.com/proyecto-el-arca-de-noe-salvar-a-los-oceanos/
Te puede interesar: ¿Sabías que existe una planta africana que vive más de 2.000 años?
Hacer un comentario