El vencejo común, la golondrina común y el avión común son tres especies de aves urbanas insectívoras cuyas poblaciones se encuentran en claro declive. Ecologistas en Acción ha presentado la campaña ‘Las tres mosquiteras’, con la que pretende concienciar a la sociedad del destacado papel que juegan contra las plagas de insectos y, en consecuencia, la importancia de su conservación.
La destrucción de sus hábitats de nidificación y el uso de plaguicidas son las principales amenazas a las que se enfrentan estas tres especies migratorias, pese a que son claras aliadas del hombre.
Ecologistas en Acción aboga por un mayor esfuerzo colectivo a favor de la conservación de las tres especies de insectívoros con mayor presencia en las ciudades españolas. Son tres ‘aves de barrrio’ que regresan cada primavera a las ciudades y los pueblos de la península y que aportan “un beneficio indudable en el control de plagas que afectan tanto a cultivos como a la salud humana”.
Las tres especies están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), por lo que la eliminación de zonas de cría y la destrucción de nidos son delitos que se registran a menudo, porque aviones, golondrinas y vencejos ubican sus nidos en edificios, las dos primeras de forma muy visible, lo que es visto por algunas personas como un problema para la “estética” y la “limpieza”.
La destrucción de las zonas de cría ocurre principalmente por las reformas de los edificios donde se ubican, al modificar sus condiciones (cierre de huecos, eliminación de aleros…). Además la construcción de nuevos edificios, de paredes completamente lisas, no ayuda a que puedan colonizar otros espacios urbanos.
Otras amenazas para estas especies son el uso de plaguicidas, que acaban con su fuente de alimento y merman su capacidad reproductiva, la contaminación atmosférica urbana y el cambio climático, que ya está afectando a sus estrategias migratorias.
Los datos que maneja Ecologistas en Acción sobre la evolución de las poblaciones de estas aves en primavera, entre 1998 y 2019, revelan un pronunciado declive , en el caso del vencejo común del 27,2%, y en de la golondrina, muy superior al 30%, lo que está suponiendo para esta última especie la pérdida en torno a un millón de ejemplares al año en España.
La dieta de estas especies se compone principalmente de insectos. Los aviones se alimentan de moscas y mosquitos, mientras que las golondrinas también consumen chinches y pequeños escarabajos, entre otros. Estudios científicos han encontrado en el tracto digestivo de algunas especies de vencejo localizadas en territorio español hasta 445 presas ingeridas, de las cuales más del 99% eran insectos.
Así que la capacidad de ingesta de estas aves supone un proceso ecosistémico esencial para el ser humano, ya que es un control natural de plagas. La ciencia ha identificado al vencejo común y la golondrina común como depredadores naturales de especies de insectos que son una amenaza para los cultivos.
Además, su capacidad depredadora contribuye a diezmar las poblaciones de insectos vectores de enfermedades infecciosas que afectan al ser humano.
“Garantizar la supervivencia de vencejos, golondrinas y aviones requiere un esfuerzo contundente por parte de las administraciones públicas municipales y un compromiso claro con este objetivo”, apunta Ecologistas en Acción.
Por este motivo, ‘Las tres mosquiteras’ pretende que los ayuntamientos españoles aprueben ordenanzas que incluyan medidas urbanísticas que favorezcan la conservación de las poblaciones de estas especies.
Otras iniciativas previstas en la campaña incluyen acciones para el establecimiento de nuevas colonias, medidas para evitar posibles molestias a la población y herramientas para facilitar el censo de poblaciones de especies actuales.
Avión común (Delichon urbicum)
Especie muy gregaria, construye colonias de nidos adosados a edificios, incluso en las grandes ciudades. Aunque en la península es una especie migradora e invernal, en los últimos años se ha constatado una mínima invernada en el suroeste de España. En nuestro país se la puede ver de febrero a octubre. La población española es la mayor de Europa.
Mide entre 13 y 15 centímetros, tiene una envergadura alar de entre 26 y 28 centímetros y pesa en torno a los 18 gramos. Tiene un color negro azulado brillante por la parte superior y blanco por abajo, también su obispillo. Sus alas son largas y apuntadas y su cola corta y ahorquillada de color negro. El pico es corto, plano y negro, y su boca muy ancha.
Es un ave muy cantarina, que emite con frecuencia reclamos de tipo “chirrrp” o “siiip”. Sus enemigos naturales son la lechuza común y la urraca, que extraen a los pollos de sus nidos. En algunos países, como Portugal, se han instalado nidos artificiales con bastante éxito.
Golondrina común (Hirundo rustica)
Es una de las aves más estudiadas por la ciencia y ha sido clave para desentrañar aspectos de la migración y la reproducción. Su llegada se considera anuncio de la primavera y es cada vez más temprana a causa del cambio climático. Anida en colonias. En España se la puede ver de febrero a octubre.
Mide entre 14 y 19 centímetros, tiene una envergadura alar en torno a los 33 centímetros y pesa de 16 a 22 gramos. Es de color negro, con reflejos azules metálicos por arriba y blancos crema en las partes inferiores. Tiene la frente y la garganta rojas y un collar negro. Sus alas son largas y apuntadas y muestran tonos blancos en la parte inferior delantera. La cola es muy larga ahorquillada, negra, con pequeños óvalos blancos cuando está extendida. El pico es corto, plano y negro.
Es un ave muy cantarina. Su canto, en ocasiones a coro, consiste en un parloteo musical y acelerado, formado por gorjeos encadenados con un final característico: un prrr áspero. Emite reclamos frecuentes, principalmente un agudo “uit, uit”. Entre sus depredadores destacan los gavilanes, los halcones, las lechuzas y el gato doméstico.
Vencejo común (Apus apus)
Representan la adaptación extrema de las aves a la vida aérea: todo su ciclo vital se puede desarrollar en vuelo, excepto la nidificación. Incluso puede dormir en vuelo. Aunque su origen es rupícola, en la actualidad cría casi exclusivamente en zonas urbanas, incluso en grandes ciudades. En España puede verse de abril a septiembre.
Mide entre 16 y 17 centímetros, su envergadura alar oscila entre 42 y 47 centímetros y pesa en torno a 40 gramos. Es de color pardo oscuro, casi negro, salvo en la garganta, que es blanca. Sus alas son estrechas y largas, y sus patas, emplumadas y muy cortas, le impiden posarse en el suelo. El pico es corto y plano, y la boca muy ancha.
Tiene un canto característico: emite repetidamente un chillido breve, monótono y agudo. Las hembras pronuncian “suiií”, y los machos “sriií”. Al proferirse ambos conjuntamente dan lugar al canto típico de la especie.
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